En la aparente calma de la ribera transparente, bullían células vibrantes de vida, que pondrían en marcha el comienzo de un largo camino.
Una mirada lejana, un futuro incierto…..
Los hermanos miraban a través de su inocencia, esa grandeza, ese milagro incomprensible de la vida.
Bajo la mano protectora de su hermano mayor, el pequeño se abandonaba confiando en la sabiduría que da la estatura, la edad, la experiencia. Unas cualidades que sin duda eran todo lo que él deseaba tener.
Ante esa luz de esperanza y la inquietante incertidumbre del futuro, transcurrían los calurosos días de aquel verano.
¿Qué sería de ellos?
Fotografía y texto: Eva Molina