Las 40 mejores novelas eróticas de la historia (y una más)

Las 40 mejores novelas eróticas de la historia. Reseña de CicutaDry

Tras años sumida en el olvido, la literatura erótica ha vuelto a suscitar interés entre los lectores si bien por motivos extraliterarios. Desde la publicación en 2011 de Cincuenta sombras de Grey, cientos de obras pretendidamente eróticas pueblan los estantes de las librerías, novelas no son más que la reelaboración de la tradicional novela romántica «picante» que podía adquirirse hace décadas en cualquier quiosco de periódicos. Por lo general son obras de lectura fácil, concebidas con la idea de enganchar a un determinado público lector mediante viejos artificios narrativos, renovados para la mentalidad actual. Por eso, desde nuestra página queremos ofrecer a los lectores las que consideramos las mejores novelas eróticas de todos los tiempos.

Las hemos distinguido bien por su valor literario, bien por su importancia fundacional dentro del género, bien por sus diversas perspectivas de acercamiento a todo tipo de sexo. En ellas, el lector encontrará relaciones heterosexuales, homosexuales, lésbicas, sexo en grupo, sadismo, masoquismo, prostitución, incestos, iniciaciones sexuales, BDSM, adulterios, promiscuidad, y en definitiva, la historia de la sexualidad escrita por autores y escritoras cuya libertad creadora se enfrentó en muchas ocasiones a los prejuicios reinantes en su época, con la valentía propia del artista genuino.

1. Fanny Hill. John Cleland (1749)

Una inocente chica de pueblo llega a Londres y se ve abocada a trabajar en un burdel. Se enamora de Charles, un apuesto y bien dotado galán, con el que vivirá gozosamente varias semanas antes de que desaparezca de forma misteriosa. A partir de entonces, Fanny asumirá su carrera de prostituta, viviendo de amante en amante, las ventajas de su profesión.

¿Por qué es una de las mejores novelas eróticas de la historia?: Aparte de poder considerarse la primera gran novela erótica publicada como tal, su audacia estriba en presentar en pleno siglo XVIII a una prostituta (y, por ende, a una mujer) que disfruta del sexo y cuya vida mejora notablemente por este hecho hasta alcanzar un final feliz inaudito para aquella época.

2. La educación de Laura. Conde de Mirabeau (1786)

De la mano de su padre adoptivo, Laura aprende todos los riesgos y todo el placer que conllevan las relaciones sexuales. Un relato de verdadera iniciación sensual y sexual que nos muestra una educación completa sobre todo lo que las mujeres tenían prohibido hablar o sentir.

¿Por qué es una de las mejores novelas eróticas de la historia?: Desde una perspectiva ilustrada y racional la novela es un catálogo de prácticas sexuales en la que se describen escenas de lesbianismo, ménages à trois, voyeurismo, gang-bang, multiorgasmia, bisexualidad, intercambio de parejas, castidad forzada, incesto entre hermanos, dobles penetraciones, uso de consoladores, masturbaciones en grupo y un sinfín más de eróticas poco o nada convencionales.

3. La filosofía en el tocador. Marqués de Sade (1795)

Escrita en forma dialogada, trata de la iniciación filosófica y sexual de Eugénie, una joven de 15 años, por parte de unos “preceptores inmorales”, una mujer y dos hombres, enclaustrados en una casa. Como es habitual en el Marqués de Sade, las prácticas sexuales y las disquisiciones filosóficas se suceden sin solución de continuidad en una especie de círculo vicioso en el que unas ilustran a otras.

¿Por qué es una de las mejores novelas eróticas de la historia?: Es la novela ideal para quienes quieran acercarse y conocer la obra y el pensamiento del Divino Marqués. De fácil lectura (el resto de la obra de Sade es farragosa y generalmente aburrida) contiene todas las perversiones que imaginamos propias de la narrativa sadiana más alguna inesperada por convencional, siempre dentro de la imaginación portentosa del escritor francés.

4. Gamiani. Alfred de Musset (1833)

La condesa Gamiani busca en el sexo lo extravagante y lo prohibido. Tomando como testigo a un hombre, voyeur voluntario, mantiene una relación sexual sin medida con una joven junto a la que se deja llevar hacia el tormento de la autodestrucción buscando el momento absoluto y perfecto.   

¿Por qué es una de las mejores novelas eróticas de la historia?: Esta novela aborda el sexo como una sublimación del instante en que el cielo y el infierno se funden para constituir un mundo en sí mismo. Escrita como una forma de entender las relaciones sexuales como una manera de alcanzar el infinito, sus descripciones son una muestra del misticismo que puede albergar el sexo en su interior.

5. Memorias de una cantante alemana. Wilhelmine Schröeder-Devrient (1862)

Considerada como la primera gran novela erótica escrita por una mujer, fue concebida en forma de cartas dirigidas a un médico de renombre en su época, único hombre que, según señala la autora, no pretendió jamás a sus encantos. Estas confesiones de una mujer inteligente que existió en la realidad (fue una afamada cantante de ópera), pinta con colores vivos y verdaderos las consecuencias terribles de los excesos sin negar el valor del placer como fuente de felicidad.

¿Por qué es una de las mejores novelas eróticas de la historia?: Obra cumbre de la narrativa erótica alemana, la perspectiva femenina alcanza en esta novela cotas de verosimilitud sexual que hasta ese momento no existían en la novela erótica. Escrita con una encantadora naturalidad, en cada escena descrita hay un descubrimiento de las prácticas amatorias, una manera peculiar de relacionarse con los demás o con los propios órganos sexuales, una encantadora sinceridad en la forma con que la autora va adentrándose en los goces del cuerpo, no movida por una pasión desenfrenada, sino por la natural búsqueda del placer.

6. La Venus de las pieles. Leopold von Sacher-Masoch (1870)

La novela narra la relación entre Severin y Wanda, y cómo aquél, en busca de una rara y esquiva “suprasensualidad”, consigue convencer a su amada para que lo trate como a un esclavo. Severin, entre la devoción y la penitencia, entre lo sacro y lo blasfemo, recorrerá de rodillas todos los trechos de este vía crucis del Eros. El servilismo, la crueldad y el fetichismo no serán sino los hitos que irán marcando su camino hacia una nueva voluptuosidad.

¿Por qué es una de las mejores novelas eróticas de la historia?: Es la obra original que trata sobre el masoquismo, sus fantasías, su cultura de la dominación, su estructura institucional dinámico-competitiva, y en definitiva, su descripción de todo un muestrario de prácticas eróticas asociadas a la crueldad y el dolor voluntariamente aceptados, escrito por el autor que dio nombre a esta forma de entender las relaciones sexuales y que vivió en su propia persona cada escena que describe en esta soberbia novela.

7. Teleny. Oscar Wilde (1893)

Es la confesión novelada del desprecio que sentía Oscar Wilde por las leyes de la sociedad victoriana que finalmente lo llevarían a la cárcel. En la obra, un escritor y un músico, un seductor insistente y un infiel constante, un celoso enamorado y un amante enardecido, inician una relación sentimental que los llevará a vivir juegos eróticos extremos.

¿Por qué es una de las mejores novelas eróticas de la historia?: En esta novela podemos comprobar la importancia de llamarse Oscar Wilde; conocido por todos su tormentoso romance con el joven Lord Alfred Douglas y el trágico final de esa relación, esta obra es la prefiguración de todos aquellos amargos momentos. La homosexualidad es tratada en un principio desde un plano sentimental, en muchas ocasiones doloroso, para ir derivando en la pasión erótica que un hombre puede sentir por otro.

8. La mujer y el pelele. Pierre Louÿs (1896)

Un verdadero tratado del calentamiento, la dominación, el fetichismo, la esclavitud, el masoquismo y -por qué no- la mala leche, en palabras de Fernando Iwasaki, la novela trata la pasión angustiosa que don Mateo siente por Conchita, una joven que baila desnuda en un tugurio de Sevilla, y cuya crueldad con su enamorado no tiene límites.

¿Por qué es una de las mejores novelas eróticas de la historia?: Esta novela inaugura el mito de la mujer fatal en la literatura, que pronto se llevaría al cine, no solo con el propio argumento de esta novela, sino con un sinfín de películas en las que el hombre queda prendado de una mujer que lo llevará hasta la destrucción. En realidad, esta obra oculta un feminismo feroz, una manera de entender que las mujeres obtienen el placer con quien quieren, dejando en ridículo la presunta fuerza del sexo masculino en las relaciones eróticas respecto al siempre considerado “sexo débil”.

9. Historia del ojo. Georges Bataille (1928)

Dos adolescentes franceses mantienen una relación sexual natural que tiene como eje la masturbación. En sus múltiples aventuras eróticas, pervertirán a una joven que terminará en un psiquiátrico, asistirán a una corrida de toros en Madrid en la que la adolescente se convertirá en protagonista, para finalizar en el Hospital de la Caridad de Sevilla, donde violan a un ingenuo sacerdote.

¿Por qué es una de las mejores novelas eróticas de la historia?: Si hablamos del sexo como una forma de entender la libertad, esta novela es el paradigma de la imaginación sexual llevada al extremo. Identificada con el surrealismo, la obra aborda el erotismo desde una perspectiva casi pueril pero profunda, onírica pero cruda, transgrediendo todas las normas morales.

10. El pozo de la soledad. Radclyffe Hall (1928)

Stephen Gordon (bautizada así, con nombre masculino, por un padre que quería desesperadamente un hijo) no es como las otras muchachas: le gusta la caza, la esgrima, la lectura, se pone pantalones y quiere llevar el pelo corto. Mientras crece en un asfixiante pueblo de la campiña inglesa, sus vecinos mantienen las distancias, ya que perciben en ella algo indefinible que la hace diferente. Cuando alcanza la madurez se enamora apasionadamente de otra mujer, con la que desea compartir su vida.

¿Por qué es una de las mejores novelas eróticas de la historia?: Esta obra está considerada la primera novela lésbica de la historia. Escrita en 1928 describe las dificultades por las que pasa una mujer para desarrollar sus inclinaciones sexuales. Sin que haya una sola escena erótica, cada pasaje de la novela es una llamada de atención sobre la diferencia y sus consecuencias, muchas veces dolorosas. Nunca hasta entonces se había escrito sobre el lesbianismo con esta profundidad sobre los sentimientos que una mujer puede sentir al enamorarse de otra en una sociedad que las rechaza.

11. El amante de Lady Chaterley. D.H. Lawrence (1928)

Esta controvertida novela narra la apasionada relación entre una mujer casada de alta alcurnia y un hombre de baja extracción social en la moralista Inglaterra de los años veinte del pasado siglo, diseccionando las pulsiones más secretas del alma humana y ofreciendo una magnífica recreación de época.

¿Por qué es una de las mejores novelas eróticas de la historia?: Esta obra ilustra la oposición entre el vitalismo y el intelectualismo, dos formas antagónicas de ver la vida. El carácter liberador de las energías instintivas en la relación sexual desempeña en la novela el papel catalizador de ese conflicto. Su publicación 1928 provocó un gran escándalo y la novela fue prohibida en Inglaterra por considerarla obscena. En 1960, treinta años después de la muerte de su autor, cuando una editorial quiso publicar esta novela en bolsillo tuvo que someterse a un juicio en el que el propietario de la editorial, Allen Lane, o escritores como E. M. Forster hubieron de defender sus méritos literarios contra una nueva acusación de obscenidad.

12. Delta de Venus. Anaïs Nin (1940)

Escrito por encargo de un millonario que pagaba a dólar la página, este libro de relatos nos muestra la sensualidad femenina fuera de su tradicional rol pasivo, erigida sobre un eros hembra con toda su formidable presencia y sus elusivas formas, conformando una obra directa y cruda, inocente y perversa, luminosa y sombría.

¿Por qué es una de las mejores novelas eróticas de la historia?: Aunque Anaïs Nin es más conocida por sus famosos Diarios, en los que muestra en carne viva la sexualidad de una mujer que quiso vivir libremente en un mundo de hombres, también destacó por algunos relatos eróticos que escribió por razones alimenticias pero que conservan esa fuerte independencia de la mujer de carácter cuya mejor cualidad es transmitir con lenguaje femenino cómo viven ellas el sexo. Un libro imprescindible para comprender la experiencia sexual desde la perspectiva de las mujeres.

13. Roberte, esta noche. Pierre Klossowski (1953)

El que cuenta la historia de la enigmática Roberte y de su anciano marido Octave es el joven sobrino Antoine, quien, a la edad de trece años, fue adoptado por su tío, un eminente profesor de escolástica que, según Antoine, «padecía su felicidad conyugal como una enfermedad». Para encontrar alivio, Octave decide introducir en su vida una perversa ley de la hospitalidad. Así, instigada por su marido, Roberte se ve envuelta en el extraño ritual de ofrecer su hermoso cuerpo a cualquier huésped que lo desee. Pero ¿es realmente Roberte tan sólo un cuerpo que se ofrece, un instrumento de la voluntad ajena, fuente compartida de placer entre un viejo voyeur y un joven excitado por el deseo? Antoine, que vive una adolescencia agitada en la enrarecida atmósfera de esa casa y que siente una violenta pasión por su tía, va introduciendo paulatinamente al lector en las misteriosas ceremonias de una sexualidad que se sitúa más allá de toda prohibición, más allá de toda moral establecida, en el terreno virgen del erotismo en plena libertad.

¿Por qué es una de las mejores novelas eróticas de la historia?: El clima poético de misterio religioso y erótico que Pierre Klossowski (teólogo herético, exégeta de Sade, distinguido ensayista del arte y la literatura) logra suscitar en esta novela tiene por eje a Roberte, encantadora mujer apresada en una mirada que observándola la recrea entre audacias escandalosas, una ilimitada disponibilidad, el reclamo de caricias que pueden ser gozosos suplicios o en las fiestas de la imaginación que procura a su marido y en las cuales interviene tanto la carne como el espíritu. Una prosa exacta e inspirada, vertiginosa y serena, nos descubre un apasionado itinerario erótico que es también una aventura espiritual en la que el alma es apostada a través del cuerpo.

14. Historia de O. Pauline Reage (1954)

La novela narra la iniciación de una joven llamada O en una peculiar forma de esclavitud sexual que pronto se asoció al sadomasoquismo. Incitada por René, su amante, O se somete a diversas pruebas que la internan poco a poco en un mundo en que se imbrican íntimamente dolor y placer, castigo y alivio. Sus estremecedoras vivencias indagan en los límites del alma humana, más aún cuando es cedida al hermano de su amante, Sir Stephen, que la adentra en el complejo mundo de la entrega y el sometimiento.

¿Por qué es una de las mejores novelas eróticas de la historia?: Clásico absoluto de la narrativa erótica del siglo XX, Historia de O es la gran novela del BDSM, que de alguna manera sienta las bases de este tipo de relaciones sexuales. Esta obra descubrió al mundo una opción dentro de la sexualidad hasta entonces no mostrada: el concepto de la entrega, y además dentro de un contexto mucho más conocido: el amor una entrega consensuada, con plena consciencia de las dos partes de la pareja, realizada por voluntad propia y con la seguridad de que cualquiera de los dos miembros puede dejar la relación si no se cumplen unas reglas mínimas. Algunas de sus escenas sexuales están entre las más bellas escritas dentro de la narrativa erótica.

15. La llave. Junichiro Tanizaki (1956)

Un matrimonio tradicional japonés con una vida sexual más bien pobre celebra su vigésimo aniversario de casados. Él es un cincuentón de salud frágil, ella se mantiene activa y hermosa a los cuarenta y cinco años. El marido decide empezar a escribir un diario íntimo, y coquetea con la idea de que su esposa lo lea, ya que sabe perfectamente dónde lo guarda… Para no ser menos, la esposa comienza su propio diario, y enseguida se establece un curioso juego implícito lleno de ambigüedades, tensión sexual y dobles entendidos. Aunque ambos lo nieguen ofendidos en sus respectivos diarios, está más o menos claro que cada uno lee el diario íntimo del otro y lo aprovecha para enviar mensajes, pistas sobre infidelidades más o menos consentidas y buscadas, sugerencias, miedos, obsesiones…

¿Por qué es una de las mejores novelas eróticas de la historia?: Las obras maestras como La llave se construyen escena a escena. Nada se deja al azar. El relato, intenso desde el principio, ambiguo, va derivando hacia un final sorprendente, porque nada de lo contado página a página ha sido gratuito; no se levanta un monumento literario de esta envergadura para cerrarlo de cualquier manera: Tanizaki deja las suficientes zonas de sombra, de incertidumbre, para que el lector necesite recomponer esta historia admirablemente escrita. Una obra maestra absoluta.

16. Emmanuelle. Emmanuelle Arsan (1959)

Hacer el amor a todas horas, de día o de noche, en cualquier circunstancia, con quien sea, ya sea él o ella, o ellos y ellas, con cualquiera que se lo pida y que a ella le guste, ésta es la ley a la que obedece Emmanuelle en el momento en que, a los veinte años, llega a Bangkok para reunirse con su marido ingeniero. En el marco exótico de una sociedad neocolonial, europea, restringida y refinada, una joven descubre las reglas profundas del amor, la gloria del placer sexual gracias al propio cuerpo, y va al encuentro de una filosofía «natural» y optimista. De la mano de un «maestro» en las artes amatorias, el italiano Mario, Emmanuelle irá limando sus reticencias para alcanzar al fin un universo de amor total, la «Erosfera», a la que conduce la práctica de una sexualidad profundamente consciente y liberada de todo tabú.

¿Por qué es una de las mejores novelas eróticas de la historia?: El éxito de esta obra vino rodeado del misterio sobre la identidad de la autora. Hasta ese momento, ninguna mujer había contado con tal franqueza su necesidad de tener relaciones sexuales, algo que parecía solo reservado a los apetitos masculinos. Su importancia dentro de la literatura estriba en el descubrimiento de algo que estaba ahí pero que nadie se había atrevido a contar. Desde que la novela fue publicada, muchas mujeres se desprendieron de un sentimiento de “culpabilidad” que le había impuesto la moral y la mirada machista hasta esa época.

17. La casa de las bellas durmientes. Yasunari Kawabata (1961)

El viejo Eguchi visita una casa secreta gobernada por una mujer ordinaria y práctica que, al final, como él mismo, revelará su esencia inhumana. En ese burdel, el protagonista, de sesenta y siete años, pasa varias noches junto a los cuerpos de jóvenes vírgenes narcotizadas. A la vez que admira el esplendor de las figuras dormidas, rememora su relación con las mujeres: su esposa, su madre, su amante, sus hijas…

¿Por qué es una de las mejores novelas eróticas de la historia?: De ella dijo Mario Vargas Llosa: «Breve, bella y profunda, esta novela deja en el ánimo del lector la sensación de una metáfora cuyos términos no son fáciles de desentrañar.» Erotismo, lujuria masculina, vejez y violencia se entretejen en esta novela breve que amalgama, como es típico en la obra de Kawabata, motivos tradicionales de la estética japonesa con temas modernos en ambientes casi irreales. Magnífica pero profundamente perturbadora, La casa de las bellas durmientes es una escalofriante meditación sobre la sexualidad y la muerte.

18. Juego y distracción. James Salter (1967)

Narra la historia de amor entre Phillip Dean, un universitario norteamericano que deambula por Europa, y Anne-Marie Costallat, una joven francesa de provincias. Evocada en todo su esplendor erótico, la fogosa aventura de los dos amantes nos llega a través de la imaginación de un solitario compatriota de Phillip. El desdén hacia las convenciones sociales, la entrega incondicional al placer y la indolencia aparecen aquí delineados con un lenguaje conciso, que convierte el cúmulo de impresiones y la mirada reflexiva y sensible del narrador en un himno a la sensualidad.

¿Por qué es una de las mejores novelas eróticas de la historia?: Lo que describe en esta obra James Salter es el auténtico erotismo, es el sexo en estado puro, sin alardes, sin exageraciones. El sexo como momento de belleza y felicidad, como modo de comunicarse entre dos personas que se están conociendo y enamorando, no como una pasión equívoca con visos de sumidero por donde caerán sus protagonistas. El sexo en Juego y distracción huele a lavanda, a aire limpio, a carne joven, a sudor fresco, y cuando el sexo entre dos personas es así se hace mucho, como un acto natural entre dos personas que disfrutan al máximo la vida.

19. Nueve semanas y media. Elizabeth McNeill (1978)

Dos personas, cultas, civilizadas e independientes, se encuentran un día por casualidad en una calle de Nueva York, un domingo de mayo, a principios de los años setenta, y dan comienzo a una relación que pronto pasará a ser una experiencia sado-masoquista de insólita intensidad. Desde el inicio, establecen espontáneamente entre ellos estímulos sexuales que obedecen a un instintivo ritual de dominación y humillación, ritual que, por supuesto, es aceptado gozosamente, primero con sorpresa y luego con fruición auténtica, por la autora de esta estremecedora narración. A medida que avanza la relación, la pareja emprende juegos cada vez más elaborados y sofisticados que, al cabo de nueve semanas y media, la conducen a ella al absoluto descontrol de su cuerpo y de su mente.

¿Por qué es una de las mejores novelas eróticas de la historia?: A pesar de la edulcorada versión que de la novela protagonizaron Kim Basinger y Mickey Rourke, esta novela encierra una de las mayores pesadillas eróticas que se han escrito: la pesadilla de la dependencia emocional. Lo que al comienzo de la relación no es más que juego, dulzura y placer se convierte de una forma silenciosa en una relación tóxica de la que la protagonista, que también es la autora, nunca salió indemne.

20. Lunas de hiel. Pascal Bruckner (1981)

Nigel y Fiona hacen un crucero para celebrar su séptimo aniversario de boda. A bordo conocen a la hermosa y atractiva Mimi y a su marido Oscar, que está inválido en una silla de ruedas. Nigel empieza a sentirse atraído por Mimi, y Oscar, que se da cuenta, le propone que intente seducirla, pero antes le cuenta cómo eran las experiencias sexuales con su mujer antes de sufrir el accidente que lo dejó paralítico.

¿Por qué es una de las mejores novelas eróticas de la historia?: Este libro describe como ningún otro los efectos de la montaña rusa de sensaciones que se da en una intensa relación sexual: de lo más sublime al aburrimiento solo hay un paso, y en esta novela se nos cuenta qué ocurre cuando el cuerpo pide su dosis diaria de adrenalina y la mente ya no está dispuesta a dársela. Tan intensa como sus escenas sexuales es la historia posterior de esta pareja que lleva la humillación mutua a extremos perversamente sexuales.

21. Opus Pistorum. Henry Miller (1983)

Narra las peripecias de la muy lujuriosa vida parisina de un probable doble de Henry Miller, quien, con adolescente intensidad y constancia, persigue obstinadamente a la mujer y la cópula perfectas. Pensada como una continua descripción de escenas sexuales, el escritor americano despliega una insolente manera de entender el sexo como un fin en sí mismo.

¿Por qué es una de las mejores novelas eróticas de la historia?: Tal vez estas son las páginas que un escritor tan erótico como Henry Miller no se atrevió a publicar en sus otras celebérrimas novelas por miedo a ser considerado pornográfico. Sin la hondura existencial de estas obras, la imaginación de Miller capea en este texto a sus anchas y nos hace comprender su obsesión por el sexo como una forma de entender la vida.

22. El amante. Marguerite Duras (1984)

A todos emociona sin duda esta narración autobiográfica en la que la autora expresa, con la intensidad del deseo, esa historia de amor entre una adolescente de quince años y un rico comerciante chino de veintiséis. Esa jovencita bellísima, pero pobre, que vive en Indochina, no es otra que la propia escritora quien, hoy, recuerda las relaciones apasionadas, de intensos amor y odio, que desgarraron a su familia y, de pronto, grabaron prematuramente en su rostro los implacables surcos de la madurez.

¿Por qué es una de las mejores novelas eróticas de la historia?: El amante es la novela del deseo femenino y de la muerte. Pocas personas pueden quedar impasibles ante la fuerza de esta historia que contrapone la inocencia de una niña y un joven que se aman para escapar de sus circunstancias con la cultura cerrada que les rodea y les termina triturando. Posiblemente sea la evocación erótica más conmovedora de la historia.

23. Ceremonia de mujeres. Catherine Robbe-Grillet (1985)

Escrita con una envidiable economía de medios, narra las distintas ceremonias que una Dómina francesa monta exclusivamente para su deleite en distintos lugares de París. Rodeada de hombres y mujeres que desean satisfacerla en todos sus caprichos, la protagonista muestra un poder absoluto sobre la rendición sexual de sus súbditos, un punto más allá de las normales escenas sadomasoquistas.

¿Por qué es una de las mejores novelas eróticas de la historia?: Escrita con el seudónimo de Jean de Berg, la escritora francesa Catherine Robbe-Grillet cuenta brevemente algunos momentos de su vida como Ama, una de las más prestigiosas del planeta. La diferencia con otras obras sadomasoquistas es la perspectiva de esta mujer afortunada: ella solo quiere captar la imagen, como congelada, en el momento en que sus esclavos dan todo de sí mismos para contentarla. Una obra para paladares sumamente exquisitos.

Continuará…

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Acerca de José Luis Alvarado

Dijo el sabio griego que nada es comunicable por el arte de la escritura; tras apurar la copa de seca cicuta, su discípulo dilecto lo traicionó y acaso lo perfeccionó transmitiendo por escrito sus irónicos conocimientos.Como antes hiciera Montaigne, pienso que la obra de un autor se prolonga y modifica cada vez que se escribe sobre ella. La memoria, que fue oral y minoritaria, ahora se multiplica con cada palabra que integra y justifica el continuo universo, también llamado la Red.

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