Poetas de Nicaragua: José Coronel Urtecho

José Coronel Urtecho (1906-1994). Nicaragua

José Coronel Urtecho

José Coronel Urtecho fue una de las figuras fundamentales de la poesía nicaragüense del siglo XX. Poeta, ensayista, traductor y pensador, su influencia en las letras de su país se extiende más allá de su obra individual. Nacido en Granada, Nicaragua, en el seno de una familia aristocrática, su vida intelectual y política fue compleja: en su juventud simpatizó con el fascismo, para después evolucionar hacia posturas críticas y democráticas. Fue uno de los fundadores del movimiento de vanguardia en Nicaragua en los años 30 y, más tarde, maestro y mentor de toda una generación de poetas, entre ellos el joven Ernesto Cardenal.

Su escritura fue progresivamente despojándose de artificios hasta alcanzar una transparencia serena, sabia, casi conversacional. Su poesía, especialmente la de su madurez, abraza lo cotidiano y lo esencial, buscando una verdad que se desvela en los gestos mínimos, en la palabra justa. Fue también un excelente traductor de poetas norteamericanos como Walt Whitman, Wallace Stevens o Ezra Pound, cuya influencia es visible en su concepción del poema como respiración del pensamiento.

En el breve y luminoso texto que hoy comentamos, Dos canciones de amor para el otoño, Coronel Urtecho nos ofrece un ejemplo perfecto de esa poesía de la sencillez que esconde una profundidad estremecedora.


DOS CANCIONES DE AMOR PARA EL OTOÑO

I

Cuando ya nada pido
y casi nada espero
y apenas puedo nada
es cuando más te quiero

II

Basta que estés, que seas
que te pueda llamar, que te llame María
para saber quién soy y conocer quién eres
para saberme tuyo y conocerte mía
mi mujer entre todas las mujeres.


El amor en su estación más sabia

La primera estrofa, apenas cuatro versos, es un prodigio de desnudez y plenitud. El yo lírico se sitúa en el otoño simbólico de la vida: cuando “ya nada pido”, cuando “apenas puedo nada”, es decir, cuando los deseos han menguado, y las fuerzas flaquean, surge el amor en su forma más pura, más profunda:

Cuando ya nada pido
y casi nada espero
y apenas puedo nada
es cuando más te quiero.

Este amor no es el arrebato del deseo ni la fiebre de la juventud. Es el amor despojado del ego, del ansia, de la ilusión posesiva. Es un amor que brota no del tener, sino del ser. El verbo “querer”, en ese último verso, brilla con la sobriedad del que ha aprendido a mirar sin pedir, a amar sin exigir. Es un amor gratuito, como un último sol sobre las hojas caídas.

La segunda estrofa se abre con una constatación simple: “Basta que estés, que seas”. Y en esa presencia —mínima, callada, esencial— se contiene todo. El nombre propio, “María”, adquiere aquí la fuerza del mito y de la intimidad:

Basta que estés, que seas
que te pueda llamar, que te llame María…

El poema avanza como un acto de reconocimiento mutuo. No se trata solo de nombrar al otro, sino de descubrirse uno mismo en esa palabra, en esa mujer. La relación amorosa es aquí espejo y revelación: “para saber quién soy y conocer quién eres”, dice, y luego, como una conclusión inevitable y serena:

para saberme tuyo y conocerte mía
mi mujer entre todas las mujeres.

Hay un eco lejano del Cantar de los Cantares, pero sin éxtasis ni ceremonia. Coronel Urtecho no canta el amor idealizado ni dramático. Canta el amor que permanece, el que sobrevive al tiempo, al cuerpo, al deseo. Es el amor de otoño, sí, pero también el amor esencial, el que queda cuando todo lo demás ha sido ya despojado.

Con esta sencillez que conmueve, con esta hondura que no necesita levantar la voz, José Coronel Urtecho nos ofrece una de las más bellas declaraciones de amor que ha dado la poesía hispanoamericana. Un poema breve como un suspiro, duradero como una verdad.

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Acerca de Jaime Molina

Licenciado en Informática por la Universidad de Granada. Autor de las novelas cortas El pianista acompañante (2009, premio Rei en Jaume) y El fantasma de John Wayne (2011, premio Castillo- Puche) y las novelas Lejos del cielo (2011, premio Blasco Ibáñez), Una casa respetable (2013, premio Juan Valera), La Fundación 2.1 (2014), Días para morir en el paraíso (2016), Camino sin señalizar (2022) y El sicario del Sacromonte (2024).

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