El camino del tabaco, de Erskine Caldwell: la difícil tarea de sobrevivir en la pobreza.

Portada El camino del tabaco-Erskine Caldwell

Cuando se publicó El camino del tabaco en 1932, Estados Unidos estaba en plena recesión económica, lo que se conoció como la Gran Depresión tras el famoso martes negro de 1929. En ese contexto, Erskine Caldwell, que nunca ocultó su ideología socialista, escribió varias novelas en las cuales quiso reflejar con realismo y empatía las duras condiciones de vida de las personas más desfavorecidas, especialmente las que vivían en el sur de los Estados Unidos.

Un escritor mordaz en tiempos de crisis

Las duras condiciones de vida de sus habitantes, ya fuesen blancos o negros, la pobreza, la violencia y la degradación moral son elementos que aparecen en sus obras, con la peculiaridad de que Erskine Caldwell trata siempre a sus personajes con ternura y con simpatía, hasta el punto que no puede evitar introducir un poco de humor e ironía en las situaciones y escenas sórdidas que describe.

En ese sentido, la mezcla de drama, acidez y humor que Erskine Caldwell lleva a cabo en una especie de cóctel explosivo, convierte a El camino del tabaco en una especie de tragicomedia del hambre en el sur de Estados Unidos.

El camino del tabaco, de Erskine Caldwell, narra la historia de cómo la familia de inquilinos Lester vive sus días, que están llenos de fracasos cómicos en la lucha por la existencia. Es un entretenimiento burlesco, pero, básicamente, es una colección de víctimas de un sistema social y agrícola despiadado. En la obra de Erskine Caldwell se simboliza a innumerables agricultores empobrecidos en el sur de su tiempo.

Argumento de la obra El camino del tabaco de Erskine Caldwell

La historia gira, principalmente, en torno a la familia Lester, donde el padre Jeeter, un inquilino blanco empobrecido, lucha por conseguir un trabajo. A menudo, simplemente se sienta en casa y trata de hacer crecer su plantío de algodón, en el suelo seco y baldío, pero no lo logra conseguir. Jeeter está atrapado en su pequeña parcela de tierra arrendada y no puede imaginar mudarse de allí a pesar de que la familia se empobrece a medida que la industria del algodón ya no es tan necesaria. Él y sus amigos ya no son requeridos y nadie está obligado a ayudarlos.

Su esposa Ada casi nunca habla, no hasta que el hambre la impulsó a comenzar a quejarse. La familia solo tiene a los niños más pequeños viviendo en casa cuando comienza el libro, pero el propio Jeeter dice que es padre de ocho hijos en el matrimonio y, al menos otros tantos, «en el campo». El cuadro que se pinta es, además de la pobreza, la poca educación que tenía la gente en esa región y cómo los controla el hambre, así como de lo poco que pueden cuidarse o cambiar su situación. Su final trágico está casi predeterminado por la incapacidad de los personajes para cambiar sus vidas.

Aspectos estilísticos de El camino del tabaco de Erskine Caldwell

El mensaje del libro es describir la miserable realidad de la gente en pobreza, sin educación y sin grandes oportunidades para cambiar de vida. La obra está plagada de simbolismos, como el viejo coche de Jeeter, que ya casi no funciona, y que se convierte en un claro símbolo de libertad, pero también de todo lo contrario. No se atreve a irse de ningún lado y dejar la tierra donde siempre ha vivido, y constantemente habla de tomar el carro y marcharse, pero son solo palabras. Al mismo tiempo, se puede ver su auto viejo y destartalado como un símbolo de lo antiguo, en oposición a la sociedad industrial en constante evolución, donde personas como Jeeter no tienen un lugar.

El libro es fácil de leer y se siente sorprendentemente moderno a pesar de que fue escrito en 1932. El autor eligió retratar la situación de la sociedad de una manera realista y utiliza a la familia Lester como herramienta para poder hacerlo. La cruda realidad se muestra cuando se llega a leer en detalle cómo unas personas hambrientas se pelean por un saco de papas. Al mismo tiempo, el libro es bastante divertido y algunas situaciones se vuelven tan drásticas que pueden llegar a causar gracia si no fueran, a la vez, tan miserables. La técnica de narración de Erskine Caldwell también ha tomado prestado mucho de la exuberante narración oral. Los personajes en esta obra son pocos y claramente descritos. Por otro lado, los eventos no son muchos, pero se habla de ellos con emoción, empatía y dramatismo.

El hábil uso del dialecto de Erskine Caldwell y su estilo sencillo hicieron del libro uno de los mejores ejemplos de naturalismo literario en la ficción estadounidense contemporánea. A cualquier persona interesada en la historia de los Estados Unidos, así como el manejo de la sociedad de los más débiles y de las relaciones difíciles, le podría llamar la atención El camino del tabaco.

Existe una interesante versión cinematográfica de esta novela, del no menos interesante e imprescindible John Ford que, como cualquier película de este genio, merece la pena ser vista. Resulta doblemente interesante además que una novela tan polemica como lo fue El camino del tabaco, pasara los filtros de la censura al ser llevada al cine. Pero es que John Ford era mucho John Ford. Les dejo el enlace por si quieren verla:

El camino del tabaco. Erskine Caldwell. Editorial Navona.

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Acerca de Jaime Molina

Licenciado en Informática por la Universidad de Granada. Autor de las novelas cortas El pianista acompañante (2009, premio Rei en Jaume) y El fantasma de John Wayne (2011, premio Castillo- Puche) y las novelas Lejos del cielo (2011, premio Blasco Ibáñez), Una casa respetable (2013, premio Juan Valera), La Fundación 2.1 (2014), Días para morir en el paraíso (2016) y Camino sin señalizar (2022).

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