El factor humano, de Graham Greene: la sombra del traidor.

Portada de El factor humano, de Graham Greene

El factor humano es una de las obras maestras de Graham Greene y una de sus mejores muestras dentro de su particular talento narrativo en el género de la novela de espías. Con El factor humano, Graham Greene nos adentra en el mundo de los secretos, y la importancia de que permanezcan así, salvaguardados por un puñado de agentes encargados tanto de velar por la seguridad de los secretos propios como por obtener filtraciones de los ajenos.

De este modo, Graham Greene nos adentra en un submundo que llegó a conocer muy bien: el de los servicios de inteligencia, o “La Casa”, como la llaman en esta obra, que tiene largos tentáculos capaces de llegar a casi cualquier parte. El modus operandi de estos servicios de espionaje puede ser tan despiadado que llegan a desconfiar de los que están dentro de la organización incluso más que los que permanecen fuera de él. En El factor humano, las condiciones personales del protagonista, Maurice Castle, un funcionario casi en edad de jubilación, harán dudar a sus superiores de su lealtad. Pero, ¿qué es la traición? Para algunos la traición es precisamente ser leal, aunque a otra bandera o a otra causa.

Este es el principal dilema y leitmotiv que encontramos en esta novela, magníficamente escrita y con un conocimiento del campo del espionaje que dejará asombrado al lector.

Resumen temático

El protagonista de El factor humano es Maurice Castle, que trabaja para el Servicio Secreto de Gran Bretaña, uno de los referentes mundiales en estas artes de la información. Castle trabaja en unas oficinas junto a Davis, su compañero. La tarea de ambos puede parecer simple y rutinaria, ya que se dedican a leer entre líneas y transcribir la información que les llega desde África. Con un trabajo tan poco excitante, sobre todo comparado con el de sus compañeros que trabajan sobre el terreno, estas labores pueden resultar monótonas y repetitivas. El hartazgo es mayor debido al secretismo que rodea esta información, ya que no pueden hablar de estos temas absolutamente con nadie, sino que deben de procesar los documentos como si fueran meras máquinas, sin pensar en lo que pasa por sus manos.

Un día la sombra de la sospecha empieza a cernirse sobre los empleados de la agencia, ya que los jefes del departamento han sido informados de que es posible que haya un topo en la organización. Alguien, aparentemente normal, es en realidad un infiltrado que maneja a diario información muy sensible y puede hacer un uso indebido de ella.

Los dos compañeros, Castle y Davis, son puestos en el punto de mira como sospechosos. La situación se complica, ya que Castle aparentemente es un hombre recto y trabajador, al que le queda poco para jubilarse. Davis por su parte es propenso a los vicios y no cumple con el perfil que debería tener un discreto empleado de los servicios secretos, lo que hace saltar todas las alarmas. Todos los focos se dirigen sobre él, a pesar de no existir pruebas que puedan incriminarlo.

Sin embargo, la vida de Castle parece ser que tiene algunas lagunas, algunas de ellas motivadas por su relación con una mujer africana. Este dato no tendría mayor trascendencia si no fuera porque se trata del servicio secreto operando en África. Esta y otras cuestiones hacen que todo de un vuelco en la vida de estos dos compañeros de trabajo.

Rasgos literarios

El factor humano fue publicada en 1978 y se trata por tanto de una de las obras de madurez de Graham Greene. Nunca me ha gustado reducir a este autor como un mero novelista de historias de espías. Graham Greene fue mucho más que eso y, en mi opinión, debería haber recibido el Premio Nobel. El factor humano no se trata solamente de una novela de suspense o del género noir, sino que hay mucha más carga de profundidad, ya que los rasgos típicos de la temática negra dejan paso tanto a expresiones más típicas de situaciones cotidianas como a los miedos y debilidades inherentes al ser humano.

Como suele ocurrir con toda la obra de Graham Greene, el desarrollo de la trama no está contado con un estilo cargante, sino más bien lo contrario: el estilo de este autor es directo y eficaz, rehuyendo de pretensiones de virtuosismo, con una narrativa aparentemente sencilla (aunque escribir con la maestría de Graham Greene no es sencillo en absoluto) y sin grandes artificios. Esto, sin duda, facilita la lectura y permite al lector adentrarse en la obra con auténtico deleite y emoción tanto por la calidad literaria como por el interés de la narración y el suspense que se mantiene durante toda la novela. La trama de El factor humano es, por tanto, muy sólida, sin huecos ni vacíos argumentales, y manteniendo en todo momento una tensión creíble, sin rastro de inverosimilitud. Graham Greene provoca en el lector la empatía hacia los personajes, intentando resolver los enigmas poniéndonos en su lugar. Una obra maestra que merece la pena leer.

El factor humano. Graham Greene. Arcos Vergara.

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Acerca de Jaime Molina

Licenciado en Informática por la Universidad de Granada. Autor de las novelas cortas El pianista acompañante (2009, premio Rei en Jaume) y El fantasma de John Wayne (2011, premio Castillo- Puche) y las novelas Lejos del cielo (2011, premio Blasco Ibáñez), Una casa respetable (2013, premio Juan Valera), La Fundación 2.1 (2014), Días para morir en el paraíso (2016) y Camino sin señalizar (2022).

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