El guion: sustancia, estructura, estilo y principios de la escritura de guiones, de Robert McKee: la importancia de la escritura

Hay dos libros sobre la estructura del guion cinematográfico que están considerados como las biblias de los aprendices de guionistas. El primero es Guion (1979), de Syd Field. El segundo es El Guion: sustancia, estructura, estilo y principios de la escritura de guiones, de Robert McKee. Ambos autores han impartido seminarios y talleres destinados a formar a guionistas, pero posiblemente el libro de McKee sea el que se ha ganado un mayor prestigio entre todos aquellos que están interesados en conocer la arquitectura interna de un guion y como se debe construir para que se pueda considerar una obra redonda.

McKee está considerado como un gurú de la creación entre los guionistas y de hecho, en sus seminarios, ha tenido como alumnos a guionistas de éxito que han conseguido nominaciones o incluso premios por sus guiones. A pesar de su tarea docente, McKee no ha destacado nunca por su producción como guionista, lo que no supone un menoscabo a la hora de juzgar su criterio en lo que se refiere a sus tesis sobre este tema. De hecho, sí que ha trabajado para los estudios haciendo de lector de guiones, aceptando o rechazando (en la mayoría de los casos) con sus informes aquellos que pasaban por sus manos.

Para McKee, el guionista es el verdadero responsable de que una película sea buena o mala. Defiende la tesis del guionista como eje y motor principal que condiciona la calidad de una película y no su director, como tradicionalmente se ha considerado. Para los que alguna vez hemos escrito una obra literaria, leer este tipo de afirmaciones nos complace sobremanera. El libro que nos ocupa no deja de ser un manual de escritura, pero McKee convierte lo que en apariencia podría parecer un tedioso y voluminoso libro en una obra amena en la que analiza, con varios ejemplos conocidos y reconocibles por los cinéfilos, diferentes elementos de la estructura de un guion, indicaciones para la construcción de los personajes y las relaciones entre ellos, así como los conflictos internos, personales o extrapersonales que mantienen los diferentes protagonistas de una historia. Asimismo nos habla  sobre cómo deben entrelazarse las diferentes partes de un guion y cómo acometer la difícil tarea de su construcción partiendo de una simple idea. Resulta reseñable leer de este autor que escribir un guion es tan difícil o más que construir una novela, pues, y lleva razón en su exposición, el lenguaje visual del guion hace que este deba despojarse prácticamente de contenido literario. McKee usa como ejemplos para sus exposiciones guiones que son auténticas obras de arte, como por ejemplo Chinatown, Hannah y sus hermanas o Casablanca, entre otros, entre otros. El autor pone de manifiesto su admiración por muchos guionistas pero parece que siente una especial predilección por el genial Ingmar Bergman, a quien menciona en más de una ocasión poniendo como ejemplo para sus exposiciones algunas de sus películas.

A la hora de hablar de las tramas, McKee las clasifica en tres tipos, la arquitrama que viene a ser la trama clásica, lineal, con un protagonista que busca activamente un objetivo y en donde el final es cerrado o concluyente; la minitrama, que es una trama minimalista, dominada normalmente por un conflicto interno, con múltiples personajes que no buscan activamente un objetivo y con un final abierto o no concluyente; y por último, la arquitrama, que es una trama no lineal, con realidades incoherentes  y en donde la acción no se mueve por la causalidad sino por la casualidad, donde todo es posible.

Para McKee la construcción de un guion se basa casi siempre en el modelo clásico aristotélico de los tres actos (argumento, nudo y desenlace) aunque también analiza modelos quinarios o septenarios, más complejos que el ternario aristotélico pero, a fin de cuentas, variantes de aquel. También nos habla de los diversos géneros empleados, que clasifica con rigor, o el imprescindible uso de las escaletas como herramienta de construcción del guion, o sobre cómo utilizar y administrar los puntos de giro y cómo adaptar obras literarias y convertirlas en adaptaciones que puedan visualizarse en la gran pantalla.

En definitiva, El guion de McKee se trata de un libro sumamente interesante para aquellos que estén interesados en la creación literaria y, muy en especial en la redacción de un guion. Toda una lección de un maestro de guionistas que nos enseña los secretos del oficio y los engranajes que mueven una historia, todo ello, ejemplificado de forma rigurosa y sistemática con películas que el lector reconocerá en seguida y que son auténticas obras maestras.

El guion: sustancia, estructura, estilo y principios de la escritura de guiones. Robert McKee. Alba editorial

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Acerca de Jaime Molina

Licenciado en Informática por la Universidad de Granada. Autor de las novelas cortas El pianista acompañante (2009, premio Rei en Jaume) y El fantasma de John Wayne (2011, premio Castillo- Puche) y las novelas Lejos del cielo (2011, premio Blasco Ibáñez), Una casa respetable (2013, premio Juan Valera), La Fundación 2.1 (2014), Días para morir en el paraíso (2016) y Camino sin señalizar (2022).

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