La literatura nazi en América. Roberto Bolaño: los catálogos apócrifos

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No puedo hablar de Roberto Bolaño sin proclamar mi admiración, porque Bolaño consiguió hacer lo que muy pocos escritores han logrado: crear un estilo propio, inconfundible, y convertirse en un clásico de la literatura antes incluso de su prematura muerte. He dicho que Bolaño tiene un estilo muy personal, pero también es cierto que resulta fácil relacionarlo con otros escritores.

Por una parte, creo que resulta bastante sencillo encontrar semejanzas entre Bolaño y  Georges Perec, un escritor al que le gustaba realizar juegos metaliterarios y que disfrutaba jugando con las palabras, con los textos, moldeándolos como si fuesen figuras de arcilla, algo que Bolaño no sólo también hacía con sus obras, sino que lo hacía mucho mejor. Y, en el caso de este libro en concreto, se puede encontrar una relación una tanto sutil con la literatura borgiana, por lo que tiene de enciclopédica, pues este asombroso libro se podría definir como una especie de diccionario de autores que vivieron en América cuyo común denominador era que tenían una ideología política afín al nazismo, al fascismo o, al menos, a la extrema derecha. Como en el caso de Borges en obras como Historia universal de la infamia, Bolaño construye un catálogo de autores verdaderamente impresionante, con un rigor enciclopédico y con un cuidado bibliográfico que  resultan asombrosos. No en vano, Bolaño dedicó este libro a Borges, a quien admiraba incondicionalmente.

De hecho, la novela tiene una estructura que bien podría pasar por una tesis doctoral, con unos apéndices bibliográficos (tan falsos como las biografías de los autores a los que aluden) que detallan con todo lujo de detalles editoriales, revistas y publicaciones relacionadas con los autores apócrifos que se documentan en este libro y, lo más asombroso de todo, Bolaño no se repite ni una sola vez. Cada autor, cada publicación a la que se alude en esta novela, a veces se entrecruzan y se relacionan, pero jamás tiene el lector la sensación de estar leyendo una y otra vez la misma biografía ni la misma historia documentada. Bolaño despliega su imaginación con innegable maestría para construir una sucesión de historias que, además tienen otra peculiaridad: algunas de las biografías corresponden a autores que todavía no han muerto, o no lo habían hecho en el momento de publicar Bolaño la novela. De este modo, nos podemos encontrar referencias a autores que, según reza su biografía, tiene como fecha de muerte el año 2050, por ejemplo.

Tengo la sensación de que Bolaño se lo tuvo que pasar en grande escribiendo este libro. Me consta que muchos consideran la obra de Bolaño, al igual que la de Perec, como un juego de malabares, como una broma literaria escrita con un cierto sentido del humor y mucha ironía. En mi opinión, Bolaño fue mucho más que un simple bromista, aunque no cabe duda de que escribir era su pasión y que le divertía hacerlo. Es algo que se trasluce en sus páginas, que transmite al lector. Se nota como comienza la obra con un rigor casi científico, como en una tesis doctoral. Pero poco a poco, Roberto Bolaño enriquece ese tono aséptico, enciclopédico con nuevos componentes más literarios, en los que no todo parece ya tan objetivo. Por ejemplo, introduce en sus historias nombres reales, como Monterroso, Octavio Paz, o Cabrera Infante. Y hacia el final de la novela hay un momento en que el juego literario da un giro cuando él mismo, Bolaño, se introduce como personaje.

Esta novela, como casi todas las obras de Roberto Bolaño, es deslumbrante, delirante, y posee una fuerza de atracción que pocos escritores son capaces de imprimir a sus páginas. Me consta que muchos no estarán de acuerdo con mi entusiasmo por este autor, pero es que a Bolaño se lo ama o se lo odia, no existe el término medio. Uno puede caer sucumbido a su encanto o considerarlo como un escritor insoportablemente aburrido. En mi caso, la elección es clara: si no lo han hecho todavía, lean a Roberto Bolaño; hay pocas cosas tan placenteras para un lector que descubrir por primera vez a un escritor que les deslumbra.

La literatura nazi en América. Roberto Bolaño. Anagrama

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Acerca de Jaime Molina

Licenciado en Informática por la Universidad de Granada. Autor de las novelas cortas El pianista acompañante (2009, premio Rei en Jaume) y El fantasma de John Wayne (2011, premio Castillo- Puche) y las novelas Lejos del cielo (2011, premio Blasco Ibáñez), Una casa respetable (2013, premio Juan Valera), La Fundación 2.1 (2014), Días para morir en el paraíso (2016) y Camino sin señalizar (2022).

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