Julián del Casal (1863-1893). Cuba
Julián del Casal, escritor cubano, está considerado como uno de los poetas más importantes del modernismo en Hispanoamérica. Nació el 7 de noviembre de 1863 y su infancia estuvo marcada por la repentina muerte de su madre, hecho qué le afectó durante el resto de su vida, lo que se refleja en su poesía a través de un tono lúgubre en sus versos. Mientras estudiaba bachillerato creó su propio periódico hecho a mano, llamado El estudiante, dando inicio a una destacada carrera de literato, logrando entablar una gran amistad con Rubén Darío. Fué muy prolífico tanto en la poesía como en la literatura y falleció el 21 de octubre de 1893 . El poema que hoy vamos a comentar se titula Autorretrato:
AUTORRETRATO
Nací en Cuba. El sendero de la vida
Firme atravieso, con ligero paso,
Sin que encorve mi espalda vigorosa
La carga abrumadora de los años.
Al pasar por las verdes alamedas,
Cogido tiernamente de la mano,
Mientras cortaba las fragantes flores
O bebía la lumbre de los astros,
Vi la Muerte, cual pérfido bandido,
Abalanzarse rauda ante mi paso
Y herir a mis amantes compañeros,
Dejándome, en el mundo, solitario.
¡Cuán difícil me fue marchar sin guía!
¡Cuántos escollos ante mí se alzaron!
¡Cuán ásperas hallé todas las cuestas!
Y ¡cuán lóbregos todos los espacios!
¡Cuántas veces la estrella matutina
Alumbró, con fulgores argentados,
La huella ensangrentada que mi planta
Iba dejando, en los desiertos campos,
Recorridos en noches tormentosas,
Entre el fragor horrísono del rayo,
Bajo las gotas frías de la lluvia
Y a la luz funeral de los relámpagos!
Mi juventud, herida ya de muerte,
Empieza a agonizar entre mis brazos,
Sin que la puedan reanimar mis besos,
Sin que la puedan consolar mis cantos.
Y al ver, en su semblante cadavérico,
De sus pupilas el fulgor opaco
–Igual al de un espejo en bruñido–,
Siento que el corazón sube a mis labios,
Cual si en mi pecho la rodilla hincara
Joven titán de miembros acerados.
Para olvidar entonces las tristezas
Que, como nube de voraces pájaros
Al fruto de oro entre las verdes ramas,
Dejan mi corazón despedazado,
Refúgiome del Arte en los misterios
O de la hermosa Aspasia entre los brazos.
Guardo siempre, en el fondo de mi alma,
Cual hostia blanca en cáliz cincelado,
La purísima fe de mis mayores,
Que por ella, en los tiempos legendarios,
Subieron a la pira del martirio,
Con su firmeza heroica de cristianos,
La esperanza del cielo en las miradas
Y el perdón generoso entre los labios.
Mi espíritu, voluble y enfermizo,
Lleno de la nostalgia del pasado,
Ora ansía el rumor de las batallas,
Ora la paz de silencioso claustro,
Hasta que pueda despojarse un día
–Como un mendigo del postrer andrajo–,
Del pesar que dejaron en su seno
Los difuntos ensueños abortados.
Indiferente a todo lo visible,
Ni el mal me atrae, ni ante el bien me extasío,
Como si dentro de mi ser llevara
El cadáver de un Dios, ¡de mi entusiasmo!
Libre de abrumadoras ambiciones,
Soporto de la vida el rudo fardo,
Porque me alienta el formidable orgullo
De vivir, ni envidioso ni envidiado,
Persiguiendo fantásticas visiones,
Mientras se arrastran otros por el fango
Para extraer un átomo de oro
Del fondo pestilente de un pantano.
Tema
En Autorretrato, el poeta refleja la amargura de haber crecido sin su madre, y nos muestra cómo logró afectarle aún en su juventud, pero dándole a su vez la fortaleza suficiente para continuar viviendo, refugiándose en el arte que refleja la literatura. Además, hace alarde de su fe, convirtiéndose así en una composición de carácter reflexivo acerca de su propia vida, de allí que el título esté perfectamente afín con el contenido.
Estructura externa
La mayoría de los versos de Autorretrato son dodecasílabos, y aunque no tienen una rima perfecta en su terminación como suele suceder con el soneto, el romance, la lira o la cuarteta, mantiene un ritmo fluido que incluso permite recitarlo fácilmente, como una especie de condensación de versos libres, en una métrica invaluable.
Estructura interna
El poeta Julián del Casal en su obra Autorretrato, logra transmitirnos el horror de la pérdida de los seres queridos en la siguiente estrofa:
Vi la Muerte, cual pérfido bandido,
Abalanzarse rauda ante mi paso
Y herir a mis amantes compañeros,
Dejándome, en el mundo, solitario.
Vemos que esta es una de las pocas estrofas con una perfecta rima asonante, realizado así a propósito para realzar la valoración con respecto a su significado.
Con el verso “mi juventud herida ya de muerte” nos recuerda que en esa etapa de su vida no había podido superar el fallecimiento de su madre, sin embargo, en cuanto menciona:
Refúgiome del Arte en los misterios
O de la hermosa Aspasia entre los brazos.
comprendemos cómo la poesía, el arte mismo, han logrado ayudarle a superar de algún modo esta situación.
Valoración
Julián del Casal, a través de Autorretrato nos permite entrar en uno de sus momentos más lúgubres, sin embargo, confirma la fiereza de su carácter finalmente, doblegado por la influencia religiosa, muy marcada en su familia y en la época. El poeta finaliza el poema con estos versos:
Para extraer un átomo de oro
Del fondo pestilente de un pantano.
Julián del Casal nos muestra así cómo incluso ante las más siniestras dificultades el ser humano siempre busca extraer lo mejor, tanto de sí mismo como de la situación, logrando que esta se convierta en experiencia y sirva de ejemplo a quienes le rodean y a sí mismo.
Definitivamente Autorretrato en sus cortas líneas es capaz de llevarnos del día mas diáfano al más turbulento, para luego dejarnos seguros, a un lado del camino. Una obra que vale la pena leer más de una vez.