Cicutadry Reseñas y Recomendaciones literarias, cinematográficas y musicales
Es difícil definir con exactitud qué es Cerca del corazón salvaje. Su estructura se desliza fuera de la narrativa tradicional, sin un argumento convencional ni un desarrollo lineal. Más que una novela, es una exploración del pensamiento, un flujo de conciencia que sigue a su protagonista, Joana, a lo largo de su vida. Pero más que contar su historia, Lispector nos sumerge en el interior de su mente, en sus emociones, intuiciones y descubrimientos, en una existencia que parece desarrollarse más en el plano del pensamiento que en la acción.
La historia de Joana no es distinta de la de cualquier otra persona: la infancia, la educación, el despertar al amor, el matrimonio y la adultez. Pero nada de esto tiene el orden o la estructura que normalmente se espera. Lispector nos sumerge en el desorden de la mente, en la lógica fragmentada de los pensamientos, en el vaivén de una conciencia que va descubriéndose a sí misma a medida que la novela avanza. A lo largo de sus páginas, Joana se enfrenta a la soledad, a la incomprensión y al deseo de independencia, en un mundo que parece diseñado para sofocar su individualidad. Su infancia está marcada por la pérdida temprana de su padre, y en su matrimonio con Otávio encuentra más una prisión que una compañía. Pero todo esto es apenas el telón de fondo. Lo verdaderamente importante es lo que ocurre dentro de ella.
El lenguaje de Lispector es como un espejo líquido, cambiante, imposible de abarcar con una sola mirada. Su estilo fragmentario, de frases cortas que parecen latidos, imita el flujo del pensamiento, a veces con una precisión matemática, a veces con la ambigüedad de un sueño. No hay transiciones claras entre tiempos y lugares, porque el tiempo y el espacio son conceptos secundarios en comparación con la experiencia interna de Joana. En algunos momentos, el lenguaje se torna casi abstracto, como si las palabras fueran incapaces de contener la intensidad de lo que la protagonista siente.
La novela está impregnada de una extraña luminosidad. La prosa de Lispector, aun cuando habla de la tristeza y la desolación, tiene un brillo inusual, como si cada palabra estuviera recién nacida, como si cada imagen surgiera de la intuición más pura. Joana no es un personaje con el que sea fácil identificarse; no busca la simpatía del lector, ni siquiera su comprensión. No es un modelo a seguir ni una heroína, es simplemente un ser en plena combustión, tratando de encontrar un sentido a su existencia.
Podría decirse que Cerca del corazón salvaje es una novela sobre la libertad, pero no en el sentido tradicional. Joana no busca la libertad en términos políticos o sociales, sino una libertad más profunda, la de existir plenamente, sin concesiones, sin la necesidad de encajar en un molde predefinido. Pero esa libertad también es una condena, porque la mantiene al margen del mundo, en un estado de soledad perpetua, incapaz de pertenecer completamente a nada ni a nadie.
No es un libro fácil. No lo es porque no se entrega con facilidad, porque exige del lector una disposición especial para entrar en su ritmo y dejarse llevar. No se trata de entender, sino de sentir, de sumergirse en el lenguaje y en la mente de Joana sin buscar una lógica convencional. Lispector nos obliga a leer de otra manera, a abandonar las estructuras narrativas familiares y aceptar la incertidumbre. Para algunos será un texto hipnótico, para otros un laberinto impenetrable. Pero si se logra entrar en su cadencia, la recompensa es única: una experiencia literaria que no se parece a ninguna otra, un viaje al interior de la conciencia donde cada palabra arde con su propio fuego.
Cerca del corazón salvaje. Clarice Lispector. Siruela.
