El gran mundo, de David Malouf: historia de una amistad surgida durante la guerra.

Presentar a David Malouf como un escritor australiano con un padre libanés y una madre inglesa de ascendencia portuguesa ya nos aporta suficientes pistas para sospechar que esa mezcla de culturas debe aportar un enorme interés a su obra literaria. Y lo cierto es que si analizamos su obra descubrimos que no solo es de una gran riqueza literaria, sino de una gran variedad y prolificidad, pues escribió novelas, relato, ensayos, poesía, e incluso los libretos de 3 óperas, todo con un excelente contenido que ha fascinado a sus seguidores durante toda una generación. El gran mundo se trata quizá de su obra más representativa y se ha convertido en un auténtico clásico de la literatura australiana.

El gran mundo: una novela para un país

No constituye ninguna exageración señalar que El gran mundo viene a ser una especie de novela nacional de Australia. Esta condición opera en sentido interno y externo. Por una parte, plasma la relevancia del siglo XX en la historia australiana. Un país en permanente formación, dependiente de la inmigración británica y lleno de contrastes.

Dos maneras de ser australiano encarnadas en los personajes principales: la del mundo agrario y la de los ámbitos más cosmopolitas. Los devastadores efectos de la Gran Depresión, el componente patriótico de la II Guerra Mundial, los años de bonanza económica… En resumidas cuentas, una auténtica catarsis del hecho diferencial australiano. La reconciliación entre dos partes del país que, en ocasiones, se han perfilado como antagónicas.

La guerra como catalizador de la historia

La historia comienza en uno de los campos de prisioneros que el ejército japonés desplegó durante la guerra en el Pacífico. Sin embargo, la novela va mucho más alla de este episodio de la guerra, que viene a ser el elemento que vehicula la relación que se establecerá entre los dos personajes principales de El gran mundo: Digger y Vic.

De hecho, la trama irá alternando episodios que narran las durísimas condiciones de vida en estos campos con una serie de acontecimientos tanto anteriores como posteriores a las vidas de los protagonistas, por lo que la acción pivota entre la crueldad de la guerra y la cotidianidad de la vida. De un contexto de deshumanización, Davis Malouf pasa, con una habilidad asombrosa, a otro contexto de absoluta normalidad.

El argumento de El gran mundo

El gran mundo es una novela que cuenta la historia de Digger Kean y Vic Curran. Ambos personajes llevan una vida bastante particular en Australia. David Malouf nos contará de forma paralela y con continuos saltos en el tiempo las vidas de estos dos personajes desde la infancia, aunque tardarán años en conocerse. Ese primer encuentro entre ambos sucederá, como ya se ha dicho, durante la Segunda Guerra Mundial, cuando ambos acaban como prisioneros en un campo de concentración japonés

Obligados a trabajar como culis en la construcción del ferrocarril en Tailandia empiezan a mostrar su verdadera personalidad. Digger es un hombre tranquilo, de carácter verdaderamente reflexivo, además de poseer una memoria envidiable, mientras que Vic es impulsivo, maneja su vida a través de su propio instinto, pues tuvo una infancia envuelta en la pobreza y marcada por un padre alcohólico. El destino de ambos será también muy diferente: Vic llegará a ser una de las personas más ricas en Australia, mientras que Digger será toda su vida un hombre humilde, sin mayores pretensiones. Pese a sus diferencias en todos los sentidos ambos mantendrán una relación que durará el resto de sus  vidas.

Durante los años que permanecen prisioneros de los japoneses en un terrible campo de concentración, Digger y Vic se ayudan aun sin proponérselo, manteniendo el impulso vital que los lleva a luchar por una supervivencia que parece imposible. David Malouf nos narra con increíble habilidad la evolución de  los personajes, oscilando entre sus recuerdos y el contacto con su familia a través de su niñez y adolescencia, para hacer un poco más llevadera la descripción de las difíciles condiciones del lugar en el que se encuentran atrapados y en el que permanecerán tres años y medio.

Por supuesto que El gran mundo incluye descripciones bastante detalladas de la Segunda Guerra Mundial, no solo porque es el centro de esta historia, sino, además, porque esta alteró notablemente la vida de muchas personas en diferentes sociedades, convirtiéndose en una base emocional que cambió la visión de la vida en todo el planeta.

Dos personajes contrapuestos

David Malouf nos presenta a Digger y Vic como dos personas que no tienen nada en común. El primero es una persona reflexiva y que hace gala de una gran honradez. Se dedica a cuidar de su hermana, que tiene diversidad funcional. Reside en una aldea cercana a Sídney y nunca se ha planteado grandes planes de futuro.

Por su parte, Vic odia sus orígenes como hijo de alcohólico pobre, pero ser adoptado por una familia “normal” le va a posibilitar disfrutar de una vida diferente e incluso convertirse en un acaudalado empresario, aunque siempre va a persistir una vertiente de su personalidad que solo muestra a Digger.

Una estructura no lineal

Es importante que el lector tenga en cuenta la variabilidad de la novela en el tiempo, pues salta de pronto de las situaciones en el campo de concentración a veintiséis años después de terminada la guerra donde, por ejemplo, encontramos a Digger que suele pasar el tiempo en la biblioteca, donde lee una gran cantidad de libros escritos por Mac, otro compañero del campo de concentración que no sobrevivió.

La oscilación de tiempos puede hacer sentir al lector que El gran mundo resulta por momentos una lectura divagante, pero quizá sea ese uno de sus principales encantos. Si el lector es paciente y logra seguir el hilo, la continuidad de la historia es bastante llamativa aunque, eso sí, requiere un esfuerzo del lector para atar algunos cabos, lo que permite esa maravillosa interacción entre quien está leyendo la obra y el escritor.

La amistad como tema central

Hay un tema que David Malouf trata o más bien sugiere de una forma muy sutil en El gran mundo. Entre Vic y Digger se establece una relación de amistad muy particular. A veces, entre sus encuentros pasa mucho tiempo, pero lo cierto es que su amistad puede llegar a interpretarse como una especie de relación que va algo más allá de una simple amistad, aunque en ningún momento haya ningún tipo de intercambio sexual entre ambos.

Es realmente un planteamiento interesante, entre ellos dos todo es intensidad, tanto en la forma en que se ayudaron mutuamente en el campo de concentración o en su interacción posterior en la vida civil, como en su irritabilidad y en la sensación de no poder vivir el uno sin el otro, sin que este hecho esté relacionada con la homosexualidad. Es un punto de vista diferente y que lleva al lector a una verdadera reflexión con respecto a las relaciones de amor, amistad o familiares, que pasan a tomar un plano diferente en cuanto la guerra presenta sus más terribles visiones.

El estilo de David Malouf

David Malouf tiene una narrativa impactante. Más allá de la historia en sí logra llevar al lector a través de diálogos realmente apasionantes y en El gran mundo aparecen reflejados muchos de los sentimientos humanos de una forma sutil y magistral. El autor aprovecha la experiencia de su vida adulta para plasmarla en todo tipo de novelas, pero en El gran mundo se esfuerza por plasmar esta diferencia de costumbres entre Estados Unidos, Australia y Japón.

Si bien los saltos temporales en El gran mundo pueden resultar chocantes, lo cierto es que dotan a la novela de un contexto poético que viene a ser como la seña de identidad del estilo de David Malouf, que con su prosa logra realmente profundizar en el entorno que describe.

Es tal la maravillosa calidad de las descripciones que el autor realiza de cada uno de los pasajes y situaciones que casi se puede decir que el lector llega a sentir la alfombra de arena en la playa, los pies descalzos que se queman con el sol y las ampollas formadas por la arena caliente.

Aquí es cuando la narración sobre la guerra y el campo de concentración se tornan realmente intensos, por lo que El gran mundo se convierte en una novela realmente impactante, no solo por la detallada narración histórica, sino por la transmisión directa de la sensación de sufrimiento en los personajes que es en verdad impactante.

Realmente, la intrincada conexión entre los personajes desarrollada por Malouf recuerda al lector la forma de redacción de Tolstoi particularmente en “Guerra y paz”, y de hecho el autor lo menciona en una escena en la biblioteca en donde hace referencia a esta obra, casi como si quisiera afirmar el hecho de que se apoyó en ella para alguna de sus temáticas, obviamente sin hacer una copia de su contenido, sino más bien del ritmo en la velocidad y estructura de la narración.

El gran mundo de David Malouf es sin duda una de las novelas mas galardonadas y exitosas, así que es totalmente recomendable tanto para estudiantes como para pasar unas horas de lectura en verdad entretenida.

Por último, queremos recalcar que El gran mundo es una novela eminentemente introspectiva, con dos personajes que se van construyendo y desarrollando mediante sus experiencias vitales y la confrontación entre sus rasgos más acusados. 

Tiene algo de épico, pero también de natural. Es una mezcla virtuosa que Malouf plasma a la perfección mediante un lenguaje que resulta tan sencillo como elegante

En definitiva, recomendamos El gran mundo a todo aquel que desee adentrarse profundamente en el significado de la amistad.

El gran mundo. David Malouf. Libros del asteroide.

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Acerca de Jaime Molina

Licenciado en Informática por la Universidad de Granada. Autor de las novelas cortas El pianista acompañante (2009, premio Rei en Jaume) y El fantasma de John Wayne (2011, premio Castillo- Puche) y las novelas Lejos del cielo (2011, premio Blasco Ibáñez), Una casa respetable (2013, premio Juan Valera), La Fundación 2.1 (2014), Días para morir en el paraíso (2016) y Camino sin señalizar (2022).

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