Escenas paralelas (2): Rebeca y Ciudadano Kane

welles hitchcock

A veces las casas o determinados objetos pueden llegar a convertirse, además de en fetiches, en los verdaderos personajes de una narración. De hecho, este recurso de personalizar un edificio ha sido usado tanto en cine como en literatura por artistas muy diferentes. Las escenas paralelas que hoy deseo analizar son nuevamente una sugerencia de mi cinéfilo hermano Daniel. El planteamiento es el siguiente: ¿qué pueden tener en común dos cineastas geniales como Alfred Hitchcock y Orson Welles si nos referimos a dos de sus películas más emblemáticas? Me refiero, por si no lo han adivinado ya, a Rebeca y Ciudadano Kane.Para empezar, en ambas películas es sumamente relevante el papel que juegan las mansiones. Ambas tienen nombres evocadores, sonoros, de los que se suelen recordar. En Rebeca, la casa de los Winters se llama Manderley, y en Ciudadano Kane, la casa se llama Xanadú. La importancia de estos edificios es más que emblemática, pues representan el poderío, la riqueza, la ostentación de unas familias que terminan convirtiéndose en un símbolo de decadencia, de abandono, de fracaso. Si hacen un poco de memoria, o si indagan un poco, tal vez recuerden que ambas películas comienzan con un plano nocturno de las casas visto a través de un enrejado. En el caso de Rebeca, nos acercamos a esa cancela de la mansión a través del bosque de Manderley, de aspecto fantasmal y brumoso. En Kane el plano arranca con un travelling vertical desde la alambrada que rodea la casa hasta llegar a la cancela de entrada. En ambas películas podemos reconocer la siluetas de unas casas de aspecto tenebroso a través de esas cancelas. Se trata de residencias fantasmales, frías, vacías, sin vida. En ambos filmes, una luz se enciende en una de las ventanas de un edificio que parece deshabitado, lo que incrementa esa sensación de misterio y desasosiego.

Curiosamente, el mismo paralelismo con el que arrancan estas películas se produce en sus finales. El fuego es, en este caso, el elemento en común. De esta forma, en Rebeca, al final de la película, cuando Manderley está incendiándose, lo último que Hitchcock nos muestra es un plano en el que la cámara se centra en la cama de Rebeca de Winters envuelta en llamas. La cámara se acerca paulatinamente hasta que en primer plano se puede ver la “R” bordada en la almohada. Por otro lado, en la última imagen de Ciudadano Kane, la cámara se acerca a un horno en el que se están quemando las pertenencias de Charles Foster Kane, y la cámara se centra en el trineo con la palabra Rosebud en el centro.

El paralelismo de estas escenas es evidente. Pero lo más importante no es que exista un paralelismo físico en la estructura de los planos, sino un paralelismo por el contenido: el fuego pone fin al misterio que ha provocado la vida de Kane o de la señora De Winters. Y, como curiosidad, Rosebud empieza por la misma R mayúscula que está en la almohada de Manderley.

En los siguientes enlaces pueden ver, si lo desean, los finales de estas dos grandes películas:

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Acerca de Jaime Molina

Licenciado en Informática por la Universidad de Granada. Autor de las novelas cortas El pianista acompañante (2009, premio Rei en Jaume) y El fantasma de John Wayne (2011, premio Castillo- Puche) y las novelas Lejos del cielo (2011, premio Blasco Ibáñez), Una casa respetable (2013, premio Juan Valera), La Fundación 2.1 (2014), Días para morir en el paraíso (2016) y Camino sin señalizar (2022).

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