Pocos clásicos de la literatura del siglo XX encierran una historia tan trágica y explosiva como Viaje al fin de la noche. La ópera prima de Louis-Ferdinand Céline fue una novela capaz de cambiar las reglas de la escritura en todo el mundo, y de contaminar la mente de decenas de escritores, que encontraron en esta novela un libro de cabecera con el que aprender sobre estilo.
Louis-Ferdinand Céline está considerado uno de los mejores escritores franceses del siglo XX; como ejemplo de esto, Vargas Llosa asegura que Céline fue el escritor francés más importante del siglo XX después de Proust. Nos parezca esto exagerado o no, lo indudable es que Viaje al fin de la noche supuso un antes y un después en la literatura universal e influyó notablemente en multitud de escritores que posterioremente trataron de copiar o imitar su peculiar estilo oral, por momentos grosero, con expresiones barriobajeras propias de la calle, unimos la vida agitada y revuelta que llevó Céline, comprendemos que Céline se ganase merecidamente el apelativo de “el último maldito”, en honor a los poetas simbolistas franceses.
Haber desertado de la Primera Guerra Mundial, y haberse convertido en un antisemita y colaborador nazi durante la Segunda, fueron los dos motivos principales que mancharon su popularidad en Francia. Algo que lo mantuvo alejado del establishment literario de la época, provocando que su nombre y su obra se silenciasen. Tan solo hacia el final de su vida se le volvió a conceder el reconocimiento y el lugar que merecía.
Viaje al fin de la noche es una novela sin precedentes. Es una historia semiautobiográfica en la que se cuenta cómo Ferdinand Bardamu (un trasunto del propio Louis-Ferdinand Céline) se alista en el ejército francés cuando estalla la Primera Guerra Mundial. Horrorizado por lo que había visto en el campo de batalla, decide huir a las colonias francesas en África y, de ahí, a Nueva York, hasta que vuelve a su amado París para ejercer la medicina en una banlieue.
La historia es una suma de fracasos experimentados por el protagonista. Un individuo que no termina de acomodarse en una sociedad demasiado hipócrita y arbitraria, excesivamente comercial y cruel para su carácter. Se trata, en definitiva, de un análisis pormenorizado de todas las miserias y decepciones humanas.
Es una narración en la que se respira odio, amor frustrado, desilusión, ira y venganza. Una fuerza de voz inaudita en la que se desgarra la existencia y se ponen al descubierto las mentiras y los engaños de la sociedad. Es una novela para los desheredados, los malditos y los perdedores; también un duro mordisco a los poderosos. Precisamente este carácter subversivo fue el que hizo que toda la izquierda europea aplaudiese furiosamente esta novela. Incluso, un autor que todos conocemos, Trotsky, le dedicó un estudio crítico.
Flaubert, el escritor francés más importante del siglo XIX, había pronosticado que el futuro de la novela estaba en el “puro estilo”. Años después, aquella intuición se hizo realidad en Louis-Ferdinand Céline. En Viaje al fin de la noche, el autor desarrolla un estilo único que supondría un importante precedente para buena parte de la literatura del siglo XX. Anticipando en muchos aspectos la obra de escritores como Henry Miller, Bukowski o Kerouac.
La renovación estilística de esta obra consiste en su originalidad para conjugar adecuadamente un lenguaje vulgar y de la calle con una tristeza profunda y una cadencia poética. Esta novela es el despegue de uno de los estilos narrativos más importantes del siglo XX y que Céline siguió desarrollando en su obra posterior.
Viaje al fin de la noche. Louis Ferdinand Céline. Edhasa