Cicutadry Reseñas y Recomendaciones literarias, cinematográficas y musicales
El protagonista de La casa de las bellas durmientes es Eguchi, un hombre de 67 años que acude, por recomendación, a una especie de burdel con unas reglas muy particulares. El ama de llaves, una especie de madame, lo pone al tanto de las normas, sin duda chocantes: podré pasar la noche junto a una joven virgen que yace dormida bajo el efecto de un potente narcótico. Él solo podrá tumbarse a su lado y tendrá prohibido mantener cualquier contacto físico con ella.
Argumento de La casa de las bellas durmientes.
Aunque la premisa de La casa de las bellas durmientes en primera instancia puede parecer bastante turbia, se convierte bajo la pluma de Yasunari Kawabata en un relato sumamente delicado y nada obsceno, a medio camino entre lo lírico y lo onírico.
Impactado por la primera experiencia en la casa, Eguchi repite cuatro veces más, cada vez con una joven diferente y siempre bajo la vigilancia del ama de llaves. A lo largo de esas cinco experiencias, Eguchi rememorará su relación sentimental con las distintas mujeres que han pasado por su vida: su madre, sus hijas, algunas amantes.
El ritmo literario que imprime Yasunari Kawabata es pausado y la prosa exquisita dentro de su sencillez y, aunque el tono es sentimental, jamás llega al extremo de la afectación. Para Eguchi, yacer junto a las jóvenes dormidas le provoca un aluvión de recuerdos y sentimientos. Aunque su experiencia no se consume nunca en el mero deseo sexual, la sensualidad impera en todo momento: Eguchi nos describirá el color del pelo, el olor de sus cuerpos, el calor corporal que desprenden, e incluso el efecto que provoca el roce inesperado de la piel en su cuerpo cuando ellas se mueven durante el sueño.
El sueño eterno, el amor en los tiempos de la vejez.
La casa de las bellas durmientes es una obra que desafía las convenciones narrativas a través de un argumento sutil pero poderosamente evocador. Yasunari Kawabata, premio Nobel de Literatura, teje una historia que se sumerge en los temas del deseo, la soledad y el inexorable paso del tiempo, utilizando para ello una prosa que es a la vez delicada y resonante.
A través de los ojos de Eguchi, se exploran las reminiscencias de la juventud, el amor y la pérdida, en contraste con la realidad de su presente declinante. Este argumento sirve como vehículo para indagar en las profundidades de la memoria, el arrepentimiento y la búsqueda de un consuelo fugaz ante la inminencia de la muerte.
Cada noche que Eguchi pasa junto a una doncella pesa en él como una losa, pues le recuerda la llegada de la vejez y la ruptura que esta supone con su vida anterior. En una obra de contrastes, Kawabata enfrenta una vejez decrépita, senil, de la que Eguchi rehúye sin querer admitir que ha llegado su hora de retirarse, a la juventud y tersura de las mujeres dormidas, en una imagen que refleja la rapidez con la que el tiempo se escapa. La rebelión de Eguchi se manifiesta en su deseo de comportarse como un adolescente, romper las normas establecidas, rebelarse y transgredir cualquier moral, pero acaba cediendo a lo que es correcto y apropiado.
La belleza en la prosa de La casa de las bellas durmientes
Yasunari Kawabata es conocido por su habilidad para capturar la esencia de la experiencia humana con un estilo que combina la economía de palabras con una profundidad emocional abrumadora. Cualquiera de sus obras es absolutamente recomendable y, solo por citar algunas, mencionaré dos que, además de esta, me parecen imprescindibles: País de nieve y Lo bello y lo triste.
En La casa de las bellas durmientes, su narrativa fluye con una sutileza extraordinaria, donde cada descripción y diálogo están imbuidos de significado y emoción. La atención meticulosa a los detalles sensoriales y la ambigüedad moral de la trama invitan al lector a una reflexión introspectiva, marcando esta obra como un testimonio del poder de la literatura para trascender la cotidianidad.
Perspectivas y reflexiones críticas de La casa de las bellas durmientes
Mientras que la premisa de la novela puede suscitar controversia y debate ético, es precisamente esta capacidad de provocar una respuesta emocional compleja lo que subraya su valor literario.
La narrativa de Kawabata se centra en la interioridad de sus personajes, en su aspecto más oculto y privado, y desafía al lector a confrontar sus propias percepciones sobre la belleza, el envejecimiento y la muerte. Sin embargo, algunas críticas apuntan a que el enfoque en la pasividad de las mujeres podría interpretarse como una visión problemática de la autonomía y el deseo femenino.
¿Por qué leer La casa de las bellas durmientes?
Esta novela no es solo una exploración de temáticas universales a través de una lente única y provocativa, sino también una muestra del arte de Kawabata en su capacidad para tejer complejidades emocionales en una narrativa concisa. La casa de las bellas durmientes invita a una meditación sobre aspectos de la existencia que a menudo preferimos ignorar, haciéndola una lectura esencial para aquellos que buscan profundidad y belleza en la literatura.
La casa de las bellas durmientes se mantiene como un testimonio del ingenio narrativo de Kawabata, ofreciendo una experiencia literaria que es tan perturbadora como enriquecedora, capaz de resonar en el alma del lector mucho tiempo después de haber cerrado sus páginas.
La casa de las bellas durmientes. Yasunari Kawabata. Austral.
