Poetas de Bolivia: Adela Zamudio

Adela Zamudio (1854-1928). Bolivia

Adela Zamudio

Adela Zamudio, poeta boliviana, nació en Cochabamba. Debido a que en sus tiempos no era costumbre que las mujeres fueran instruidas en la escuela, sus estudios no pasaron de la educación primaria. Sin embargo, siempre fue una mujer de formación autodidacta y con gran afición a la lectura.

Con unas ideas que por entonces se consideraban revolucionarias dentro de una Bolivia colonial y patriarcal, Adela Zamudio reivindicó durante toda su vida la igualdad de hombres y mujeres. Poeta enmarcada en el Neorromanticismo, se la considera una precursora del feminismo, y en sus escritos tanto de poesía como de narrativa denunció con valentía la compleja y difícil realidad social y política en la que vivían sus compatriotas bolivianos.

Adela Zamudio estuvo acompañada a lo largo de su vida por los libros, la escritura, pero también formó una parte muy importante de su carrera la docencia que ejerció primero como maestra en la misma escuela en la que ella había estudiado y, con posterioridad en la Escuela de Señoritas o en el Liceo de Señoritas. Amante de las artes, fundó una academia de pintura en Cochabamba, participó de la vida cultural escribiendo artículos en periódicos y también publicó algunos relatos. Jamás se casó.

Injustamente relegada en el olvido, es una de las grandes poetas hispanoamericanas, aunque su nombre no alcanzara nunca la fama que realmente merece. Hoy comentamos uno de sus poemas más representativos, Nacer hombre, una crítica feroz a la situación social, cultural y política que vivía la mujer en el siglo XIX en una sociedad patriarcal:

NACER HOMBRE

Cuánto trabajo ella pasa
por corregir la torpeza
de su esposo, y en la casa,
(Permitidme que me asombre)
Tan inepto como fatuo,
sigue él siendo la cabeza,
¡Porque es hombre!

Si algunos versos escribe,
de alguno esos versos son,
que ella sólo los suscribe.
(Permitidme que me asombre)
Si ese alguno no es poeta,
por qué tal suposición
¡Porque es hombre!

Una mujer superior
en elecciones no vota,
y vota el pillo peor.
(Permitidme que me asombre)
Con tal que aprenda a firmar
puede votar un idiota,
¡Porque es hombre!

El se abate y bebe o juega.
En un revés de la suerte
ella sufre,lucha y ruega.
(Permitidme que me asombre)
Que a ella se llame el ser débil
y a él se llame el ser fuerte.
¡Porque es hombre!

Ella debe perdonar
siéndole su esposo infiel,
pero él se puede vengar.
(Permitidme que me asombre)
En un caso semejante
hasta puede matar él.
¡Porque es hombre!

¡Oh, mortal privilegiado,
que de perfecto y cabal
gozas seguro renombre!
En todo caso, para esto,
te ha bastado
nacer hombre

Este poema es sin duda alguna de extrema actualidad, aunque se escribiera hace más de cien años. Aquí Adela Zamudio pone el dedo en la llaga y enumera algunas de las asimetrías existentes dentro de una sociedad de hombres.

El trabajo en la sombra de la mujer, siempre oculto para que brille el de su marido. La exclusiva de las tareas domésticas, la ineptitud elevada a la cabeza visible socialmente.

Interesante el acento puesto tanto en lo intelectual como en lo literario, pues ciertamente la ceguera varonil, ha hecho que sea quien fuere autor de algo significativo intelectualmente, el protagonismo automático fuese del hombre:

Si algunos versos escribe,
de alguno esos versos son,
que ella sólo los suscribe.

¡Ahí está! Esa es la llaga sangrante, la autoría intelectual era cosa siempre masculina. Desde el punto de vista político, recordemos que, por ejemplo en España, las mujeres no pudieron votar hasta la Segunda República. El hombre, en cambio, como dice Adela Zamudio, podía votar aunque fuese un idiota profundo.

Pero no contenta con esos suficientes ejemplos, Adela Zamudio va más allá de lo político, mas allá de la consideración de sexo débil y sexo fuerte, y clava su aguijón nada menos que en la justicia. Como todos  sabemos la justicia tiene los ojos vendados, para no reconocer al delincuente, sea éste quien fuere, y sea justicia penal o justicia moral. De esta manera denuncia el rasero de medirla en estos versos:

Ella debe perdonar
siéndole su esposo infiel.
Pero él se puede vengar.
(Permitidme que me asombre)
En un caso semejante
hasta puede matar él.
¡Porque es hombre!

Un poema de denuncia social bellísimo, con música consonante en pares e impares que nos ofrece otra toma de conciencia, completamente actual, de uno de los lastres arrastrados a través de los siglos. La desigualdad debe ser abolida, parece ser el mensaje de Adela Zamudio. Pero no solo ha de darse una igualdad económica. Mas allá de eso, ha de darse la igualdad intelectual y la igualdad moral.

¡Que así sea!

Reseñas sobre literatura hispanoamericana en Cicutadry:

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Acerca de Jesús Saavedra

Filósofo y poeta granadino, autor de los libros "Rimas Líricas", "Sueños y emociones"," Diez poemas de Invierno" y "El linaje del frío".

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