Dolores Veintimilla (1829-1857). Ecuador
Dolores Veintimilla fue una excepcional poeta ecuatoriana cuyo estilo, claramente inscrito en la poesía romántica, se identifica de forma muy notable con su propia vida.
Criada en una familia de clase social alta, tan sólo tenía 18 años cuando contrajo matrimonio con el doctor Galindo, un médico colombiano con el que se trasladó a vivir a la localidad de Cuenca. Sin embargo, su esposo, de quien al parecer tuvo que sufrir continuas infidelidades, la dejaría sola para irse a trabajar en Centroamérica, con la esperanza o la excusa de prosperar allí profesionalmente.
La inquietud intelectual de Dolores Veintimilla la llevó a tratar de aliviar la ausencia de su esposo organizando tertulias y reuniones sociales en su casa. Además de la poesía, arte donde la Dolores Veintimilla se entregó con pasión, también era aficionada a la música y a la pintura.
La envidia de sus vecinos hizo que pronto comenzara a recibir críticas y calumnias que ponían en duda su honestidad. La soledad, la lejanía de su esposo y la incomprensión de aquellos que la rodeaban, la sumieron en una profunda tristeza que quedó reflejada en sus poemas, de estilo puramente romántico, lo que queda patente en títulos tan significativos como Desencanto, Sufrimiento, La noche y mi dolor o el que hemos elegido para esta entrada: Anhelo.
Este sufrimiento se agravó tras presenciar la condena a muerte de un indígena a quien defendió en una de sus poesías más emotivas titulado Necrología, un alegato en toda regla contra la pena de muerte que le valió incontables críticas y calumnias. Desesperada por el sentimiento de soledad e incomprensión que le rodeaba, e incapaz de soportar las continuas vejaciones que le infligían sus vecinos, se suicidó cuando apenas contaba con veintiocho años, dejando a su pequeño hijo huérfano al cargo de su madre.
Como muestra de su poesía, hemos seleccionado el poema Anhelo:
¡Oh! dónde está ese mundo que soñé
Allá en los años de mi edad primera?
¿Dónde ese mundo que mi mente orlé
De blancas flores?…. Todo fué quimera!
Hoy de mi misma nada me ha quedado,
Pasaron ya mis horas de ventura,
Y sólo tengo un corazón llagado
Y un alma ahogada en llanto y amargura.
¿Por qué tan pronto la ilusión pasó?
Por qué en quebranto se trocó mi risa
Y mi sueño fugaz se disipó
Cual leve nube al soplo de la brisa….?
Vuelve a mis ojos óptica ilusión,
vuelve, esperanza, a amenizar mi vida,
vuelve, amistad, sublime inspiración …
yo quiero dicha aun cuando sea mentida.
En este poema Dolores Veintimilla nos expresa con un profundo sentimiento la idea de lo efímera que es la felicidad y el deseo imperioso por alcanzar esa dicha si es que alguna vez llegó a ser real. el último verso «yo quiero la dicha aun cuando sea mentida» es suficientemente significativo de la desesperación que que Dolores Veintimilla se hallaba sumida.
Su azarosa vida, agravada por el abandono de su marido y el desprecio de cuantos le rodeaban, la llevó finalmente a un trágico final que, en cierto modo, supone una extensión de su espíritu inmerso en el Romanticismo de la época.