«Mirar atrás es enfrentarse a las apariciones y encontrar en sus rostros espectrales una muda llamada de atención. Cuando me fijo en una de esas sombras aéreas, ya sea de persona o lugar, a su vez ella se fija en mí y parece menos perdida, no ya respecto a mi conciencia, sino con respecto a la suya, por haber reparado yo siquiera vanamente en ella. El día del daguerrotipo, esa tarde agosto, ¿no fue uno más de esos días en que íbamos a Union Square a merendar y a tomar helados y melocotones y a disfrutar de un ocio aderezado de estímulos para el asombro?»
«Los dos, William y yo, fuimos alumnos externos en ciertas expendedurías de saber cuyo número y sucesión despiertan aún hoy mi asombro. Llama la atención, al mirar atrás, el hecho de que el número de cambios no podría haber sido mayor, ni siquiera en el caso de que nuestra presencia hubiera sido objeto de continuo rechazo; y tengo la más absoluta certeza de que, puesto que mi hermano destacaba por su viveza y brillantez y yo era del todo inofensivo, esta clase de reproche nunca llegó a nuestra casa.»
«Mary Temple, radiante y singular, extinguida en la flor de la juventud tras haber dejado en muchas personas —incluidos nosotros— una impresión que, en ese armonioso círculo, iba a convertirse para siempre en materia de leyenda y referencia sagradas, de devoción incluso.»
«Si me mantengo aquí pacientemente por cierto tiempo, creo que me convertiré en un hombre (suficientemente) grande. He vuelto a trabajar con gran entusiasmo después de mi holganza otoñal y pienso hacer este año algo que signifique un hito. Como puedes suponer, estoy cansado de escribir artículos sobre lugares, y meros escritos de toda clase. Pero probablemente, dentro de los próximos seis meses, podré renunciar a todo eso y dedicarme seriamente a la escritura «creativa». Entonces, y no hasta entonces, comenzará mi carrera real.»
«En cierto sentido, me siento íntimamente en casa aquí, y en otro sentido me siento -como un norteamericano puede estar en general muy dispuesto, a veces, muy contento, de sentirse- como un completo extranjero. Hay algunas instituciones y modalidades inglesas de las que es sin duda una bendición estar fuera… He aprendido mucho sobre las maneras británicas y la mente británica (pensando en general bien de esta última y mal de las primeras), y ya no significan terrores ni perplejidades para mí. En verdad, hay veces en que me parece que llevo a toda Inglaterra en los bolsillos del pantalón.»
«Es el viejo mundo: mi elección, mi necesidad, mi vida. Hoy no tengo ninguna necesidad de discutir esto. Es una inestimable ventaja para mí, y una buena rara fortuna, que el problema se arreglara hace mucho, y que ahora no tenga otra cosa que hacer más que actuar según el arreglo… Mi trabajo está allá, y en este vasto nuevo mundo je n’ai que faire. No se puede hacer ambas cosas, uno debe elegir. A ningún escritor europeo se le pide que asuma esa terrible carga, y me parece duro que yo deba hacerlo. La carga es necesariamente mayor para un norteamericano, porque debe tratar, más o menos, aunque solo sea por implicación, con Europa, mientras que ningún europeo está obligado a ocuparse en lo más mínimo de América.»