Henry James: Una vida en 100 imágenes (I)

«Mirar atrás es enfrentarse a las apariciones y encontrar en sus rostros espectrales una muda llamada de atención. Cuando me fijo en una de esas sombras aéreas, ya sea de persona o lugar, a su vez ella se fija en mí y parece menos perdida, no ya respecto a mi conciencia, sino con respecto a la suya, por haber reparado yo siquiera vanamente en ella. El día del daguerrotipo, esa tarde agosto, ¿no fue uno más de esos días en que íbamos a Union Square a merendar y a tomar helados y melocotones y a disfrutar de un ocio aderezado de estímulos para el asombro?»

Henry James, padre. Daguerrotipo de 1846

 

Mary James, madre de Henry James

 

Henry James, a la edad de 11 años, con su padre. Fotografía de 1854

 

Su hermano, William James, a los 16 años. Fotografía de 1858

 

Henry James en Ginebra, a los 16 años. Fotografía de 1859

«Los dos, William y yo, fuimos alumnos externos en ciertas expendedurías de saber cuyo número y sucesión despiertan aún hoy mi asombro. Llama la atención, al mirar atrás, el hecho de que el número de cambios no podría haber sido mayor, ni siquiera en el caso de que nuestra presencia hubiera sido objeto de continuo rechazo; y tengo la más absoluta certeza de que, puesto que mi hermano destacaba por su viveza y brillantez y yo era del todo inofensivo, esta clase de reproche nunca llegó a nuestra casa.»

Henry James, a los 17 años

 

Henry James en Newport, 1860, posando a imitación del retrato de Tiziano «El caballero del guante»

 

Retrato de Henry James, por John Lafarge. 1862

 

Su hermana, Alice James, con 17 años

«Mary Temple, radiante y singular, extinguida en la flor de la juventud tras haber dejado en muchas personas —incluidos nosotros— una impresión que, en ese armonioso círculo, iba a convertirse para siempre en materia de leyenda y referencia sagradas, de devoción incluso.»

Su prima, Mary Temple, con 16 años. «Minny» fue la inspiración de algunas de los personajes femeninos de sus novelas, en especial en Retrato de una dama y Las alas de la paloma
Henry James, dibujo de 1882

 

Su madre, Mary James, en su vejez
Su padre, Henry James sr., poco antes de su muerte, en 1882

«Si me mantengo aquí pacientemente por cierto tiempo, creo que me convertiré en un hombre (suficientemente) grande. He vuelto a trabajar con gran entusiasmo después de mi holganza otoñal y pienso hacer este año algo que signifique un hito. Como puedes suponer, estoy cansado de escribir artículos sobre lugares, y meros escritos de toda clase. Pero probablemente, dentro de los próximos seis meses, podré renunciar a todo eso y dedicarme seriamente a la escritura «creativa». Entonces, y no hasta entonces, comenzará mi carrera real.»

Henry James, c. 1880

 

Henry James en Dover, 1884

 

Reform Club, club de Londres al que perteneció Henry James durante toda su vida

 

Henry James. Fotografía de Elliott & Fry, Noviembre 1884

«En cierto sentido, me siento íntimamente en casa aquí, y en otro sentido me siento -como un norteamericano puede estar en general muy dispuesto, a veces, muy contento, de sentirse- como un completo extranjero. Hay algunas instituciones y modalidades inglesas de las que es sin duda una bendición estar fuera… He aprendido mucho sobre las maneras británicas y la mente británica (pensando en general bien de esta última y mal de las primeras), y ya no significan terrores ni perplejidades para mí. En verdad, hay veces en que me parece que llevo a toda Inglaterra en los bolsillos del pantalón.»

Henry James, 1885

Henry James, 1886. Dibujo a lapiz de John Singer Sargent

 

Villa de Bellosguardo, 1887, en una colina sobre Florencia. Durante ese año Henry James convivió con su amiga Constance Fenimore Woolfson y allí escribió «Los papeles de Aspern». En la fotografía, Elizabeth y Frank Duveneck, con Francis Boott y Mary Ann Shenston

 

Henry James, 1889

 

34 De Vere Gardens, residencia de Henry James en Londres desde 1886

 

Henry James, fotografía impresa en platino de Cyril Flower, primer Baron de Battersea, principios de 1890

 

«Es el viejo mundo: mi elección, mi necesidad, mi vida. Hoy no tengo ninguna necesidad de discutir esto. Es una inestimable ventaja para mí, y una buena rara fortuna, que el problema se arreglara hace mucho, y que ahora no tenga otra cosa que hacer más que actuar según el arreglo… Mi trabajo está allá, y en este vasto nuevo mundo je n’ai que faire. No se puede hacer ambas cosas, uno debe elegir. A ningún escritor europeo se le pide que asuma esa terrible carga, y me parece duro que yo deba hacerlo. La carga es necesariamente mayor para un norteamericano, porque debe tratar, más o menos, aunque solo sea por implicación, con Europa, mientras que ningún europeo está obligado a ocuparse en lo más mínimo de América.»

 

Henry James, 1892. Dibujo al carboncillo de Rudolf Lehmann

 

Retrato al oleo de Henry James, por Sir Philip Edward Burne-Jones 1894.

 

Fotografía de Henry James, c.1894-6

 

 

 

 

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Acerca de José Luis Alvarado

Dijo el sabio griego que nada es comunicable por el arte de la escritura; tras apurar la copa de seca cicuta, su discípulo dilecto lo traicionó y acaso lo perfeccionó transmitiendo por escrito sus irónicos conocimientos.Como antes hiciera Montaigne, pienso que la obra de un autor se prolonga y modifica cada vez que se escribe sobre ella. La memoria, que fue oral y minoritaria, ahora se multiplica con cada palabra que integra y justifica el continuo universo, también llamado la Red.

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