La guerra del fin del mundo, de Mario Vargas Llosa: la rebelión de las masas.

La guerra del fin del mundo, de Mario vargas Llosa

Cuando hace ya bastantes años comencé a leer esta novela por primera vez, lo hice con cierta reticencia, pues unos meses antes había abandonado la lectura de La ciudad y los perros, libro que leí con posterioridad con deleite pero que en primera instancia se me atragantó. La guerra del fin del mundo fue, pues, la primera novela de Mario Vargas Llosa que tuve el placer de leer. Y creo que, desde entonces, pese a haber leído la mayor parte de su obra narrativa, esta ha sido la obra que más me ha gustado de toda la producción literaria del Nobel peruano.

La guerra del fin del mundo es una novela de ficción histórica ambientada en la guerra de Canudos. El enfrentamiento, que tuvo lugar en Brasil entre 1896 y 1897, surgió a partir de una revolución popular por motivos religiosos y sociales que fue liderada por Antonio Conselheiro. El marco temporal de la novela relata la campaña en su totalidad, desde sus orígenes hasta el sangriento final.

Se trata de un texto complejo, con una riqueza narrativa excepcional, que consigue mantener el interés en todo momento. A medida que la trama va avanzando, Mario Vargas Llosa realiza varios giros inesperados que sorprenden al lector.

Es la primera novela que Mario Vargas Llosa sitúa fuera de su propio país, después de un completo estudio histórico y antropológico del tema que trata y que por supuesto ha sido un gran aporte no sólo al mundo de las letras sino al de los historiadores en sí. Convirtiéndose en un ejemplo de la terrible relación entre las pasiones irracionales y el desbordamiento de la fuerza social desmedida, La guerra del fin del mundo arrastra poco a poco al lector hacia las aberraciones de los conflictos sociales en los que no sufren no solo las partes involucradas sino también los habitantes de la región

La trama de La guerra del fin del mundo

La historia se desarrolla a finales del siglo XIX, en la región de Canudos, una zona muy pobre situada al noreste de Brasil. En esta comarca, Antonio Conselheiro comienza a difundir un mensaje sobre el fin del mundo y la llegada inminente del Anticristo. A medida que va avanzando, va consiguiendo legiones de adeptos, entre los que se incluyen los “desheredados”, que buscan conseguir la salvación eterna.

Su mensaje cala en una sociedad con pocas esperanzas y un futuro incierto que se involucra vehementemente al entender que solo podrá conquistar su dignidad a través de la exaltación religiosa. Se inicia de este modo una insurrección, en la que la exaltación de la dignidad se enfrenta al devenir religioso, moral, y político de un país enfrentado contra sí mismo.

Esta creencia y convencimiento les llevan a romper las reglas de los poderosos, las que rigen el mundo. A la llamada de la cruzada de Canudos acudirán decenas de miserables que irán estableciendo una comunidad en la que se asientan los personajes que llevan la historia mientras la trama política militar se abre paso para controlar un movimiento que empieza a expandirse demasiado.

En La guerra del fin del mundo existe un personaje principal llamado Antonio Conselheiro, quien constituye la figura mesiánica sobre la cual el paradigma religioso entre la revolución, la justicia y la fe se ve ampliamente reflejado durante toda la obra, con su cabello y barbas largos, realmente representa la imagen de una especie de Moisés guiando a su pueblo a través del terrible desierto, en conflicto tanto con ellos como en sí mismo.

El Mesías de los olvidados y la sublevación de los desheredados.

Antonio Conselheiro llega a la población, y comienza a plantear una utopía en medio de la pobreza de una región amplia que puede ser productiva, pero que ha sido mal aprovechada y explotada solo por unos cuantos. A medida que va avanzando la narración Antonio Conselheiro empieza a crear una serie de pequeños núcleos de rebeldes que en principio son religiosos pero que, en el fondo, van sumándose a la creciente tendencia revolucionaria, hasta llegar realmente a crear una sublevación en contra del gobierno que oprime a la población de campesinos, y a la cual se van sumando diversos personajes.

Al protagonista, se une Galileo Gall, un revolucionario escocés, anarquista y veterano de guerra, que ve en los Canudos a los nuevos hijos de la revolución. La comunidad anarquista que lidera Antonio Conselheiro se niega a pagar impuestos aduciendo que la República es contraria a la fe de Cristo.

Esta rebeldía lleva a una confrontación que se va agrandando como una bolsa de nieve y que desencadena una guerra. La clase política decide dar un escarmiento y envía al ejército, comandado por el coronel Moreira César. Para acabar con la sublevación. Cuando llegan los militares, lo que pensaban que iba a ser un paseo campestre, se convierte en una carnicería.

Una historia profundiza sobre la condición humana.

Los personajes elegidos para narrar la historia suponen una mezcla de personajes de ficción con algunos reales novelados, como es el caso de muchos militares y de Antonio Conselheiro. Pese a la complejidad que supone redactar un texto con tantas historias paralelas, la pluma de Mario Vargas Llosa va desenvolviendo poco a poco cada una de ellas de manera extraordinaria.

Todas esas figuras sirven al autor para pintar un cuadro que describe perfectamente parte de la condición humana, donde los marginados se sienten incomprendidos e ignorados por la sociedad y su mayor anhelo es ser reconocidos, tratados con dignidad y conseguir la visibilidad en un entorno donde se les vuelve la espalda.

Frente a ellos se encuentran los que marginan y rechazan a todos los que no son como ellos. Ante esta situación se crea el caldo de cultivo para una situación irreconciliable, donde ambos lados se radicalizan, dando lugar a fanatismos que crecen rápidamente a base de promesas falsas y mensajes vacíos.

Estilo de La guerra del fin del mundo.

Para narrar La guerra del fin del mundo, Mario Vargas Llosa recurre a la multiplicidad de los puntos de vista, un recurso que me recordó a muchas de las novelas de su admirado William Faulkner. El estilo de las narraciones de cada uno de los personajes que pasan de primera a tercera persona, en una oscilación que ayuda a evitar la monotonía. La novela tiene cuatro divisiones que van repartiéndose en capítulos, para avanzar en una dinámica fluida.

Distinguir entre el escepticismo, la tolerancia, la indiferencia y la verdad es una de las experiencias que puede generar el acercamiento a la lectura de La guerra del fin del mundo. En esta novela hay varias escenas en las que se describen con crudeza las aberraciones, la barbarie y la irracionalidad sufrida por causa de la guerra.

Todas esas situaciones se presentan tanto a través de los recuerdos de Galileo Gall, el padre Joaquim y, por supuesto, de la inmoralidad oscura del Barón de Cañabrava. La narración desde distintos ángulos es una de las características de este libro, en el que existe un amplio dominio de la descripción tanto de los hechos como de los paisajes.  Con frecuencia el autor se detiene a considerar pequeños detalles fuera de lugar que, sin embargo, contribuyen a dar un colorido especial a cada escena.

Un collage de historias que retratan el fanatismo.

Una de las grandezas de esta novela es cómo sus personajes son retratados en todas sus dimensiones. Poco a poco se van desarrollando sus historias y mezclando unas con otras de manera coral, hasta crear un puzle donde todo encaja.

Todas las historias y personajes sirven a Mario Vargas Llosa para ir dibujando, a través de cada narrativa, un retrato multidimensional del fanatismo ideológico, religioso y militar. Esta lacra queda perfectamente retratada en las páginas de esta novela, donde todos los personajes sufren las consecuencias de no utilizar el uso de razón.

Las condiciones de fanatismo de cada uno de los bandos enfrentados actúan como el símbolo de la tragedia en la historia central, produciendo una guerra devastadora, de allí el título La guerra del fin del mundo. Dentro de la oscura y densa textura de la novela, existen una gran cantidad de personajes que se van envolviendo en este núcleo de conflictos sin fin, pero que, exponiendo la personalidad de cada uno de ellos, víctimas de su lucha interna, pero empecinados en la búsqueda de un futuro mejor.

Conclusión-

Lejos de una posición desesperanzadora, Mario Vargas Llosa logra encontrar la capacidad que tienen los seres humanos para adaptarse al momento turbio que viven e incluso tener la fe suficiente para superar tiempos verdaderamente difíciles.

La guerra del fin del mundo es la primera novela que Mario Vargas Llosa situó fuera de Perú y durante un tiempo fue su favorita. Esta novela es fundamental para disfrutar de la maestría del Nobel peruano narrando cómo las convicciones más profundas son capaces de crear rebeliones sociales y desatar pasiones incendiarias.

La guerra del fin del mundo. Mario Vargas Llosa. Alfaguara.

Otras reseñas: La guaracha del macho Camacho

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Acerca de Jaime Molina

Licenciado en Informática por la Universidad de Granada. Autor de las novelas cortas El pianista acompañante (2009, premio Rei en Jaume) y El fantasma de John Wayne (2011, premio Castillo- Puche) y las novelas Lejos del cielo (2011, premio Blasco Ibáñez), Una casa respetable (2013, premio Juan Valera), La Fundación 2.1 (2014), Días para morir en el paraíso (2016) y Camino sin señalizar (2022).

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