Las 500 mejores novelas del siglo XX. Década 1991-2000

Para los lectores interesados en la buena literatura y que requieran de una guía de lectura fiable y contrastada, les ofrecemos esta lista de las que, a nuestro juicio, consideramos las 500 novelas más famosas del siglo XX. Abarca cada uno de los cien años del siglo y pertenecen a 66 países de los cinco continentes. Muchas de estas novelas escapan de las convencionales recomendaciones al uso, recuperando autores ahora olvidados o pocos conocidos, siguiendo un escrupuloso criterio de selección que explicamos en este artículo.

Para visualizar el listado completo de las 500 mejores novelas del siglo XX, pinchar abajo.

1991

Una nulidad de hombre. Fatos Kongoli. Albania

La novela nos narra los años de infancia y juventud de Thesar Lumi, un ciudadano como otro cualquiera en un momento indeterminado de la historia de su país, Albania. La presentación no puede ser más sugestiva: parte del momento en que Thesar, junto a unos amigos, va a tomar un barco donde, hacinados, suponemos que cientos de albaneses escapan de su tierra en dirección a Italia, sin mayor promesa de futuro que la mera libertad. En el último momento, Thesar decide bajarse de la nave justo antes de zarpar, sin motivo aparente, sin explicación alguna para los amigos que lo acompañan. La novela será la larga aclaración de esta repentina decisión. Tal vez Thesar sea, como pocos, una víctima atroz de lo que supone vivir bajo una dictadura brutal. Él piensa que es una nulidad de hombre porque le han hecho creer que es una nulidad de hombre; ni siquiera es capaz de tomar la determinación de irse de su país. Vive bajo un condicionamiento, bajo una indefensión aprendida. (Leer más: ¿Por qué es una las mejores obras de la literatura del siglo XX?)

Las mejores intenciones. Ingmar Bergman. Suecia

Esta obra recoge la historia de Henrik y Anna, padres del autor. Empieza en 1909, durante la gran huelga, y termina diez años después, cuando el joven estudiante ya se ha convertido en pastor, y su esposa -en un mundo lleno a la vez de luz y tinieblas- espera su segundo hijo. Este niño es el mismo que ahora intenta comprender al padre sombrío y represor y a la madre resignada y conciliadora en los primeros años de lo que pasaría a ser una relación familiar dolorosa y conflictiva. La prosa, liberada ya de su autobiografía, fue adquiriendo tal entidad propia, tal vigor narrativo, que Bergman terminó por convertirla en una historia de amor innovadora que se incorpora con todos los honores en la historia de la literatura sueca.

El jinete polaco. Antonio Muñoz Molina. España

El protagonista va evocando en un relato, que es como un rompecabezas en el que todas las piezas acaban por encajar, la vida en el pueblo andaluz de Mágina, donde nació. Su bisabuelo Pedro, que era expósito y estuvo en Cuba, el abuelo, guardia de asalto que en 1939 acabó en un campo de concentración, sus padres, campesinos que llevaban una vida resignada y oscura, él mismo en su niñez y adolescencia, testigo de la gran transformación que sufre el lugar con el paso de los años. Van apareciendo también otros muchos habitantes de Mágina, como el jefe de policía, poeta vergonzante, el fotógrafo, un periodista, el comandante Galaz que en 1936 reprimió la sublevación militar, y el anciano médico, extrañamente relacionado con el descubrimiento de la momia de una mujer joven emparedada. Una brillantez expositiva y un estilo rico y cuidado hace de esta obra de Muñoz Molina una de las mejores novelas españolas del siglo XX.

American Psycho. Bret Easton Ellis. EE.UU

American Psycho. Bret Easton Ellis. Reseña Cicutadry 500 novelas

Una de las críticas más feroces que un escritor norteamericano ha hecho a su propio país: una sociedad autocomplaciente y orgullosa de si misma. Para su denuncia, el autor ha escogido un camino arriesgado: Patrick Bateman, el protagonista, no es un rebelde ni un paria; Patrick es un joven de éxito que, sin embargo, también es capaz de violar, torturar y asesinar. Como dijo Fay Weldom, American Psycho es de alguna forma el oscuro complemento de La hoguera de las vanidades, por cuanto descubre aquellos puntos negros de la vida de los supuestos triunfadores que la novela de Tom Wolfe quiso obviar. (Leer más: ¿Por qué es una las mejores obras de la literatura del siglo XX?)

1992

El orden natural de las cosas. António Lobo Antunes. Portugal

Diez voces monologan desde la soledad y el dolor, desde la desesperación y el miedo, desde la enfermedad y la locura. Diez personas enfrentadas con la muerte. Porque de la muerte trata esta novela que sobrecoge desde la primera página, con un lenguaje que su autor convierte en un escalpelo con el que se introduce en el alma humana hasta límites difícilmente imaginables, mezclando tiempos, intercalando la historia de su país con las de sus personajes, en un torbellino de recuerdos y fantasías que toman cuerpo en una prosa bellísima, minuciosa y lenta unas veces, vertiginosa y sarcástica otras, articulada cuidadosamente para alcanzar su equilibrio entre la ruptura formal y la aparente confusión. Una novela hipnótica.

1993

Atando cabos. Annie Proulx. EE.UU. 

Cuando Pearl Bear muere, en compañía de su amante, en un accidente de coche, deja desnortados y abrumados a sus dos hijas y a, su marido, un pobre tipo, periodista de tercera, sin futuro ni esperanza. De modo que Quoyle, haciendo de tripas corazón, deja Nueva York y parte hacia el remoto lugar de sus antepasados, una pequeña ciudad portuaria en la desolada y brumosa costa de Terranova. Allí, rodeado de personajes tan peculiares como su arisco entorno, Quoyle se coloca en el periódico local, The Gammy Bird, especializado en historias de abusos sexuales, para dar cuenta del movimiento portuario y de los accidentes de tráfico, inventados o no. Se compra una barca, empieza a cortejar a una silenciosa viuda y, mientras el duro invierno le recluye bajo el hielo, se inicia en el arte de hacer nudos marineros, mientras va lentamente desatando aquellos otros que atormentan su alma y atando los cabos de su vida. Humor negro y expresión poética en una inolvidable novela. (Leer más: ¿Por qué es una las mejores obras de la literatura del siglo XX?)

Atlas descrito por el cielo. Goran Petrović. Serbia

Todo comienza cuando el diverso grupo de personajes principales decide pintar de azul cielo el techo de su casa de una forma peculiar: quitándolo. A partir de ahí el Cartógrafo, Goran Petrović, narra y testimonia, con una escritura cercana a la tradición oral, lo fantásticos sucesos que giran en torno a la casa sin techo y sus habitantes. A la voluntad de vivir de una forma que transgrede los rígidos límites de la realidad se opone el descontento que estos personajes generan entre vecinos y autoridades estatales, como fuerzas que derriban todo intento por salir de la uniformidad y de la norma. Por fortuna, cuentan con la ayuda de objetos como los Espejos Occidental y Septentrional, o la Enciclopedia Serpentiana, para poder sortear las dificultades que encuentran en el camino. El primero refleja del lado izquierdo la mentira de quien se para enfrente, y del lado derecho su verdad, en tanto que el segundo muestra de manera simultánea el pasado, presente y futuro del reflejado. La Serpentiana es un libro infinito, que lo contiene todo, pero que sólo muestra a cada lector lo que lee en ese momento.

El tiempo de las cabras. Luan Starova. Macedonia del Norte     

En Macedonia, Yugoslavia, al terminar la segunda guerra mundial el nuevo régimen trabaja con ahínco en crear una gran clase proletaria en un país eminentemente rural. Los pastores son obligados a instalarse en las ciudades y, así, un buen día éstas amanecen blancas, invadidas por las cabras que los pastores se niegan a abandonar. Cuando las autoridades decretan el exterminio de las cabras no se dan cuenta de los problemas que causarán en la vida cotidiana de los ciudadanos. Este episodio aparentemente trivial de la reciente historia balcánica le sirve a Luan Starova, escritor macedonio de origen albanés, para componer una fábula sobre la historia y el espíritu de los Balcanes, el peligro de las ideologías y el estoicismo con que el pueblo de la región ha soportado siempre las tiranías.

1994

Sostiene Pereira. Antonio Tabucchi. Italia

La novela se desarrolla en el año 1938, en los albores de la dictadura de Salazar, ese dictador de mesa camilla, como lo fue Franco, que adormeció a los portugueses durante décadas y los sumió en un soporífero letargo que, en su caso -por desgracia, no como en España- desapareció con unos claveles depositados sobre el duro metal de los tanques abandonados en las hermosas avenidas de Lisboa. Ese personaje tan cercano, Pereira, es un voluntarioso periodista que después de años escribiendo crónicas de sucesos viene a recalar en el suplemento cultural de un diario recién creado, el Lisboa, un imaginario periódico creado por el propio Tabucchi igual que se crearon en su día periódicos por parte del salazarismo para adormecer las mentes portuguesas. Desde la creación de un personaje inolvidable, Tabucchi narra y reflexiona acerca de la somnolencia impuesta en la que viven los ciudadanos en las dictaduras. (Leer más: ¿Por qué es una las mejores obras de la literatura del siglo XX?)

La virgen de los sicarios. Fernando Vallejo. Colombia

novela extremadamente dura que nos relata sin piedad ni concesiones la violencia existente en las calles de la ciudad de Medellín, en Colombia. Fernando Vallejo nos describe un paisaje urbano verdaderamente desgarrador donde jóvenes adolescentes, en ocasiones niños, se pasean con un arma en el cinto dispuestos a disparar sin ningún tipo de escrúpulo contra cualquier persona que se les cruce en el camino por el simple motivo de haber estado en el momento más inoportuno en el lugar inadecuado. Estos adolescentes -niños de entre 12 y 17 años- son auténticos ángeles exterminadores que ofrecen sus servicios a cualquier desaprensivo que esté dispuesto a pagar por ello. Todo ello nos conduce, por parte del autor, a una visión desoladora y trágica de la vida, sin posibilidad de redención, en donde la religión no puede solucionar nada, la ética no existe, la vida no tiene un porqué, y la muerte tampoco. (Leer más: ¿Por qué es una las mejores obras de la literatura del siglo XX?)

Kehinde. Buchi Emecheta. Nigeria 

Kehinde es una mujer nigeriana que vive en Londres desde hace 18 años con Albert, su marido, y sus dos hijos. Durante su larga estancia en la capital inglesa, ha aprendido a disfrutar de una suerte de libertad que se truncará cuando se vea obligada a regresar a Nigeria, a su país natal, a su pasado. Recelosa del primitivismo africano, el retorno cambiará su vida para siempre. El choque con unas costumbres que, aun siendo las de su gente -o quizá precisamente por serlo-, le provocan cierto rechazo, hará que regrese a Londres, repudiada por los propios nigerianos, para volver a empezar de cero. Un relato lúcido, apasionante y fresco con el que la autora, considerada una de las mejores narradoras africanas en lengua inglesa, retrata el conflicto de la inmigración desde la perspectiva de una mujer africana. (Leer más: ¿Por qué es una las mejores obras de la literatura del siglo XX?)

1995

Los anillos de Saturno. W.G. Sebald. Alemania

Los anillos de Saturno, de W. G. Sebald. Cicutadry. Las mejores novelas del siglo XX

El escritor emprende un viaje a pie por el condado de Suffolk, en la costa este de Inglaterra, para llenar el vacío que se ha apoderado de su interior al haber concluido un trabajo importante. A la vista de paisajes solitarios y pequeñas poblaciones costeras se topa con vestigios de un pasado que le remite a la totalidad del mundo, enmarcado en multitud de épocas, espacios y personajes diferentes. Sebald funde magistralmente la autobiografía con la descripción y redacción de historia e historias, anécdotas, conjeturas y recuerdos a caballo entre la realidad y la ficción, en los que la civilización y la naturaleza se muestran en sus variedades más amplias. Son muchos los personajes que acompañan a Sebald en su viaje interno y externo y a los que les concede la palabra: Thomas Browne, Chateaubriand, Swinburne, Joseph Conrad, Borges… (Leer más: ¿Por qué es una las mejores obras de la literatura del siglo XX?)

Los inconsolables. Kazuo Ishiguro. Gran Bretaña    

Ryder, un famoso pianista, llega a una ciudad de provincias en algún lugar de la Europa Central. Sus habitantes adoran la música, y creen haber descubierto que quienes antes satisfacían esta pasión eran impostores. Ryder es recibido como el salvador, y en un concierto apoteósico, para el que todos se están preparando, deberá reconducirlos por el camino del arte y la verdad. Pero el pianista descubrirá muy pronto que de un salvador siempre se espera mucho más de lo que puede dar, y que los habitantes de esa ciudad esconden oscuras culpas, antiguas heridas jamás cerradas, y también demandas insaciables. Una novela salvaje, kafkiana y divertida.

1996

El día de la Independencia. Richard Ford. EE.UU. 

En El Día de la Independencia, Richard Ford recupera a Frank Bascombe, protagonista de El periodista deportivo. Es el verano de 1988, Frank sigue viviendo en Haddam, Nueva Jersey, pero ahora se dedica al negocio inmobiliario y, tras el divorcio, mantiene una relación sentimental con otra mujer, Sally. Mientras busca una casa para unos insoportables clientes, Frank aguarda ilusionado la llegada del fin de semana del 4 de julio, Día de la Independencia, que va a pasar en compañía de Paul, su conflictivo hijo adolescente. Ford retoma a su antihéroe y lo lanza a una nueva aventura cotidiana, en la que se entremezclan desolación, melancolía, humor y esperanza. Un retrato perfecto del americano medio.

El hechizo de Lily Dahl. Siri Hustvedt. EE.UU.

Lily Dahl es una heroína a la antigua: dura, hermosa y valiente. Siendo adolescente queda fascinada por un exótico forastero. Impulsada hacia un nuevo mundo de aventuras eróticas, Lily se verá envuelta en inexplicables y temerosos actos de locura. La historia de Lily es también la de una comunidad sometida no sólo a sus límites gráficos sino también morales. Los secretos y los chismes se convierten en elementos indispensables de este minúsculo universo que sirve de decorado a una intriga rocambolesca y cambiante en la que los personajes desafían las expectativas más convencionales. (Leer más: ¿Por qué es una las mejores obras de la literatura del siglo XX?)

Estación de lluvias. José Eduardo Agualusa. Angola.

Portada de Estación de lluvias, de José Eduardo Agualusa

Una de las creaciones más conmovedoras de la literatura africana moderna, escrita en portugués y la obra más notable sobre la historia contemporánea de Angola. Con una increíble fuerza narrativa, Agualusa nos sumerge en la oscuridad de los horrores de la guerra, para inmediatamente sacarnos a la luz con la exuberancia y la belleza de Angola, a través de una historia estremecedora y sugerente. (Leer más: ¿Por qué es una las mejores obras de la literatura del siglo XX?)

1997

Tren nocturno. Martin Amis. Gran Bretaña

Mike Hoolihan tiene nombre de hombre, voz profunda y modales que nadie definiría como femeninos, pero es mujer y le gustan los hombres, aunque siempre ha elegido a los que menos le convenían. Y luego ha tenido que ahogar sus tribulaciones en torrentes de alcohol. Pero en la actualidad está en dique seco, pues su hígado ya no puede soportar una sola gota más de consuelo. Y como Mike también es detective en el cuerpo de policía de una ciudad americana, tiene que enfrentarse ahora al peor caso de su vida sin nada que suavice un poco los atroces bordes de la realidad. Aunque, como ella misma dice, tras haber investigado cientos de crímenes, «peor» es un concepto muy elástico, que siempre puede dar cabida a algo más. Un thriller burlón sobre un tema que el propio autor considera serio y trascendente. (Leer más: ¿Por qué es una las mejores obras de la literatura del siglo XX?)

Pastoral americana. Philip Roth. EE.UU.

Un matrimonio judío, ve cómo se desmoronan sus valores y su mundo perfecto, cuando su hija se convierte en una luchadora contra la guerra de Vietnam. Seymour Levov, modelo a seguir por todos los muchachos judíos de New Jersey, gran atleta y mejor hijo, sólido heredero de la fábrica de guantes que su padre levantó desde la nada, ha rebasado la mitad del siglo XX sin conflictos que puedan estropear su dorada Arcadia, una vida placentera que comparte con su mujer Dawn, ex Miss New Jersey, y con su hija Meredith. Y es en este preciso momento,con su vida convertida en un eterno día de Acción de Gracias en el que todo el mundo come lo mismo, se comporta de la misma manera y carece de religión, cuando el Sueco Levov verá derrumbarse estrepitosamente todo lo que le rodea. Una cruda crónica sobre la caída del sueño americano en el final de los sesenta.

Todos los nombres. José Saramago. Portugal             

En el ambiente opresivo, cerrado y polvoriento de la Conservaduría General del Registro Civil trabaja como escribiente don José, un soltero solitario que un buen día decide su particular registro de personas famosas. No contento con los datos que le proporcionan periódicos y revistas, resuelve completarlos con los que posee, tan a mano, en el Registro. Para ello no tendrá más remedio que violar alguna de las normas de la Conservaduría. Una historia de amor intensa contada con el estilo oral y lúcido propio del autor portugués.

Cruzando el paraíso. Sam Shepard. EE.UU. 

Libro seductor y enigmático, que se propone como ficción pero que puede leerse a contraluz como la novela de la vida de Shepard. Son más de cuarenta textos muy sugerentes, entre los que hay cuentos espléndidos, ficciones breves, diálogos enardecidos o desesperados entre amantes que se separan o son abandonados, confesiones, recuerdos de infancia y adolescencia, y fragmentos del diario de un actor que rueda en México una película de un director alemán. Sam Shepard fue el cronista de la América más desolada y profunda y uno de los últimos creadores de espíritu auténticamente renacentista.

1998

Los detectives salvajes. Roberto Bolaño. Chile

Arturo Belano y Ulises Lima, los detectives salvajes, salen a buscar las huellas de Cesárea Tinajero, la misteriosa escritora desaparecida en México en los años inmediatamente posteriores a la Revolución, y esa búsqueda -el viaje y sus consecuencias- se prolonga durante veinte años, desde 1976 hasta 1996, el tiempo canónico de cualquier errancia, bifurcándose a través de múltiples personajes y continentes, en una novela en donde hay de todo: amores y muertes, asesinatos y fugas turísticas, manicomios y universidades, desapariciones y apariciones. Sus escenarios son México, Nicaragua, Estados Unidos, Francia, España, Austria, Israel, África, siempre al compás de los detectives salvajes -poetas «desperados», traficantes ocasionales-, Arturo Belano y Ulises Lima, los enigmáticos protagonistas de este libro que puede leerse como un refinadísimo thriller wellesiano, atravesado por un humor iconoclasta y feroz.(Leer más: ¿Por qué es una las mejores obras de la literatura del siglo XX?

El día de todas las almas. Cees Nooteboom. Holanda

Arthur Daane, un reportero neerlandés que ha perdido a su mujer y a su hijo en un trágico accidente aéreo, vaga con una cámara de vídeo por un Berlín transfigurado por la nieve buscando imágenes para su película, de momento sólo fragmentos sin coherencia aparente. En esta ciudad tiene tres amigos: un intelectual, un artista y una científica, con quienes conversa elocuentemente sobre los pequeños detalles de la vida que le interesan. Un día conoce a Elik, una mujer joven llena de secretos por la que Arthur siente una poderosa y oscura atracción. Ella le hace el amor pero no le habla, ni le permite cruzar sus límites. Y, fascinado, la seguirá hasta Madrid. Novela de amor filosófica sobre los cambios de la historia reciente y las dimensiones metafísicas de la vida.

El hereje. Miguel Delibes. España

En el año 1517, Martín Lutero fija sus noventa y cinco tesis contra las indulgencias en la iglesia de Wittenberg, un acontecimiento que provocará el cisma de la Iglesia Romana de Occidente. Ese mismo año nace en Valladolid Cipriano Salcedo. En un momento de agitación política y religiosa, esta mera coincidencia de fechas marcará fatalmente su destino. Convertido en próspero comerciante se pondrá en contacto con las corrientes protestantes que, de manera clandestina, empezaban a introducirse en la Península, pero la difusión de este movimiento será cortada progresivamente por el Santo Oficio. Esta novela histórica es una indagación sobre las relaciones humanas en todos sus aspectos; la historia de unos hombres y mujeres de carne y hueso en lucha consigo mismos y con el mundo que les ha tocado vivir.

Las partículas elementales. Michel Houellebecq. Francia

En esta obra toma forma definitiva el ataque frontal contra los protagonistas del 68, muchos de los cuales dominan hoy, desde todos los poderes -político, económico, periodístico- el destino de Francia. La novela narra el improbable nudo que unirá los destinos de dos hermanastros: Michel, prestigioso investigador en biología, especie de monje científico que a los cuarenta años ha renunciado a su sexualidad y sólo pasea para ir hasta el supermercado; y Bruno, también cuarentón, profesor de literatura, obsesionado por el sexo, consumidor de pornografía, misógino, racista, un virtuoso del resentimiento. Encarnación consumada, en fin, de una sociedad en que la velocidad del placer no deja tiempo al nacimiento del deseo. Ambos han sido abandonados por una madre que prefirió una comunidad hippie en California a cualquier otro empeño.

Me llamo Rojo. Orham Pamuk. Turquía

Me llamo Rojo nos introduce en el esplendor y la decadencia del Imperio Turco, una potencia que llegó hasta las puertas de Viena. Viajamos hasta el siglo XVI, el sultán desea inmortalizar su figura en un lienzo, pero la ley islámica lo prohíbe. La tentación vence y cuatro artistas trabajarán en secreto, elaborando un libro lleno de imágenes nunca antes pintadas. Hasta que uno de ellos desaparece. Un puzzle filosófico y fantástico en el que se cruzan el arte, la religión, el amor, el sexo y el poder. Novela total, a la sabiduría de la mejor narración histórica se une el ritmo trepidante de la novela negra y una seductora historia de amor.  (Leer más: ¿Por qué es una las mejores obras de la literatura del siglo XX?)

1999

Desgracia. J. M. Coetzee. Sudáfrica

Desgracia podría definirse como una novela existencialista de finales del siglo XX, en el sentido en que David Lurie, el protagonista de esta historia, es quien define desde el comienzo el significado de su propia vida, su existencia concreta en el mundo, al margen de que pudieran encontrarse ciertos paralelismos con Roquentin, el personaje de La náusea. J. M. Coetzee logra con esta novela la que quizá sea su obra más redonda, más compleja, y también la más definitoria de su estilo, siempre magistral. Esta novela nos llevará desde Ciudad del Cabo, en Sudáfrica, hasta las entrañas de este país. Los sucesos trágicos se irán sucediendo y las desgracias marcarán las vidas de los personajes. Todo sazonado por un suspense que nos obliga a leer sin parar hasta el final. (Leer más: ¿Por qué es una las mejores obras de la literatura del siglo XX?)

2000

Tierra y cenizas. Rahimi Atiq. Afganistán

Estamos al norte de Afganistán, durante la guerra con la Unión Soviética. El viejo se dirige a comunicar a su hijo, el padre del niño, que trabaja en una mina de carbón en las montañas, que los soviéticos han arrasado la aldea, que todos han muerto bajo el bombardeo, que el niño se ha quedado sordo. Habla, piensa en el infierno de los recuerdos, las esperas, los remordimientos, las conjeturas, las sospechas, el silencio. Dicen en Afganistán que los hombres nunca lloran, pero el viejo dejará fluir su dolor y las lágrimas caer sobre su pecho. Una novela sobre lo que queda de Afganistán, un país que encantó a los viajeros y los escritores. El silencio, la lentitud, la gravedad son en estas páginas de tal fragilidad que casi tememos quebrarlas buscando las palabras, torpes a la fuerza, para explicarlas.

Blonde. Joyce Carol Oates. EE.UU.

Escrita con gran imaginación y con un seguimiento exhaustivo de la documentación sobre su vida, Oates adorna, de forma sorprendente y creíble, los pasajes que acontecieron en su infancia, en su familia, en sus relaciones, en sus matrimonios, en sus rodajes, en sus múltiples sesiones fotográficas, en sus problemas con el alcohol y las drogas y, por supuesto, en su trágico final sobre el que arroja dudas de un complot que implicaría a la familia Kennedy. Una de las mejores novelas biográficas del siglo XX escrita sobre un icono del siglo XX.         

La cueva del sol. Elias Khoury. Líbano  

Abu Sálim yace en coma en un hospital derruido del campo de refugiados palestino de Chatila. Sólo Jalil, su hijo espiritual, se ocupa de cuidarle. En un conjuro contra la muerte y la locura, Jalil adopta las muchas voces del pueblo palestino para contarle a Abu Sálim su propia historia.
Envueltos en un halo casi mágico, sus relatos, reflejo contemporáneo de Las mil y una noches, nos guían por la trágica odisea de hombres y mujeres obligados a emigrar, a dejar atrás a sus amores y a sus muertos, a hacer lo inconfesable para sobrevivir. Una epopeya cifrada en la misteriosa y camaleónica existencia del propio Abu Sálim, que quizás sólo llegó a ser él mismo durante sus apasionados encuentros con Nahila en la Cueva del Sol.

La Fiesta del Chivo. Mario Vargas Llosa. Perú

En La Fiesta del Chivo asistimos a un doble retorno. Mientras Urania visita a su padre en Santo Domingo, volvemos a 1961, cuando la capital dominicana aún se llamaba Ciudad Trujillo. Allí un hombre que no suda tiraniza a tres millones de personas sin saber que se gesta una maquiavélica transición a la democracia. Vargas Llosa relata el fin de una era dando voz, entre otros personajes históricos, al impecable e implacable general Trujillo, apodado el Chivo, y al sosegado y hábil doctor Balaguer, sempiterno presidente de la República Dominicana. Con un ritmo y una precisión difícilmente superables, se muestra que la política puede consistir en abrirse camino entre cadáveres, y que un ser inocente puede convertirse en un regalo truculento. (Leer más: ¿Por qué es una las mejores obras de la literatura del siglo XX?)

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Acerca de José Luis Alvarado

Dijo el sabio griego que nada es comunicable por el arte de la escritura; tras apurar la copa de seca cicuta, su discípulo dilecto lo traicionó y acaso lo perfeccionó transmitiendo por escrito sus irónicos conocimientos.Como antes hiciera Montaigne, pienso que la obra de un autor se prolonga y modifica cada vez que se escribe sobre ella. La memoria, que fue oral y minoritaria, ahora se multiplica con cada palabra que integra y justifica el continuo universo, también llamado la Red.

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